Parte 4

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Anna dio un bufido en lo que se volvió a su camioneta
-en eso estaba hasta que te cruzaste en mi camino- dijo enojada.

Giro la llave y tras dos y tres intentos corroboró que no iba a encender. -maldición- murmuró por lo bajo. Tomo su morral, y quitó la llaves para darse marcha al camino. Solo quería llegar a su casa para relajarse.

Al cabo de algunos pasos pudo sentir el crujir de la arenilla sobre el pavimento, se detuvo y observó sobre sus hombros que aquel desconocido tenía intenciones de seguirla. Mas bien lo estaba haciendo sin pedirle permiso.

- ¿se puede saber a donde vas? - pregunto ella alzando las palmas de sus manos y con mirada desconcertada

- hasta donde tú me dejes – le contestó con aquellas palabras picaras que lo obligaron a esbozar una sonrisa que a ella le supo a intriga.

- no entiendo que es lo que quieres

- nada, solo voy a acompañarte. No voy a dejarte ir sola en medio de la noche sin una sola persona viva que pueda socorrerte.

- ¿persona viva? ¿y los muertos si? - preguntó sarcástica

- no, los muertos solo te comerán– dijo al mismo tiempo que metía sus manos en los bolsillos de su campera mientras miraba mas allá y con un movimiento de su cabeza la invitó- ¿vamos?

Contrariamente a temerle a aquel completo desconocido, sentía paz. Por momento se sentía sola en aquel camino, pero ahí estaba él, de a rato observándola como espécimen recién descubierto, y en otras escuchaba esa voz masculina que le producía un " no se que" y que le gustaba.

- así que veterinaria, eh? -

- ¿como sabes? - pregunto ella sorprendida

- pues... creo que tus botas llenas de barro y el olor a establo que traes lo explica todo – al ver la cara de asombro y asco de la mujer que tenia en frente, largó una carcajada – ah!! y ese pin de un perro y la palabra "veterinaria", que traes en tu morral también – se largo a reír con entusiasmo cuando la ve reaccionar queriéndole golpear con su bolso.

- eres un idiota – y comenzó a correr tratando de alcanzar a su rival

- debiste ver tu cara jajajaj , perdoname pero fue muy gracioso, pero lo del olor si es cierto.

se detiene frente a ella mientras hacia equilibrio caminando para atrás, no quería perderle detalle alguno - ¿cuanto falta?

- poco, en total son tres kilómetros desde las vías hasta mi casa, mas o menos, ¿cuanto caminamos ya? ¿uno? Bueno, falta un tramo mas. - dicho esto, lo observo con la jeta hasta el piso y los ojos fuera de lugar y esto le causo gracia.

- ¿y dices poco? - fue mas una queja mas que una pregunta

- Y si!! cada dos por tres me toca hacerlo caminando, porque a mi querida camioneta se le antoja descomponerse y hacerme la jugada.

- ¿Y porque mejor no la cambias?

- No puedo, estuvo en la familia toda mi vida, podría decir que es mi hermana mayor. Fue el tesoro de mi abuelo, mas que mal siempre estuvo para salvarnos- Anna se encoje de hombros como explicando lo obvio –es una lata pero es parte de mi vida y de las personas que tanto amé.

Aquel joven se quedo enmudecido como buscando las palabras en el bolsillo de la noche, de fondo los pasos al unisono que hacían crujir el pavimento húmedo acompañaba a la curiosidad de los búhos en el camino.

Pocas palabras que decían mucho de esa hermosa mujer. Sus dudas se iba disipando pero aun seguía sin comprender porque ella aún estaba ahí con él.

- Te aferras demasiado – le dijo en casi un susurro pero que en la soledad de la noche se alcanzo a escuchar claramente.

- creo que es una manera de olvidarme – cerro sus ojos inhalo y exhalo lentamente – no quiero olvidarme que una vez tuve personas que me amaron y me cuidaron hasta el último momento, no quiero olvidarme de sus ojos ... de sus voces ...

El nudo en aquellas gargantas parecía querer estrangular y ninguno de los dos estaba dispuestos a ejercer oposición. Caminaron en silencio, ella con alguna que otra lagrima, por los recuerdos en su cabeza, marcando surcos en sus mejillas sin censurarse por la compañía de ese extraño al que no quería tener lejos en ese momento, pues su presencia le hacia muy bien.

¿que es lo que nos atrae a otras personas desde el primer momento? ¿el físico? Puede ser, pero puede considerarse un espejismo, luego de cierto tiempo este cambia de forma, desaparece, y algo mas queda, pero aquello no es lo que se ve a simple vista. ¿que seria? Anna llevaba pensando en silencio y cada dos por tres lo miraba de soslayo para encontrar la respuesta.

- si te dijeran que hoy es tu ultimo día, que vas a morir – Sus miradas se cruzaron un instante en lo que él buscaba las palabras – ¿que pensarías? ¿que harías? ¿que buscarías?

- de solo pensarlo mi corazón se acelera, uff ...no se, se me corta la respiración - dijo ella con la mente mezclada de emociones

- si ya se, pero no siempre tenemos la oportunidad de saberlo, y los que saben que su vida ya tiene una posible fecha se aferran a un milagro- esta ultima palabra la resalto con un tono sarcástico y haciendo comillas con los dedos.

- el famoso dicho de "todos somos ateos hasta que se está cayendo el avión" – contesto ella bastante divertida

- o hasta que te dan ganas de tener un baño cerca y estas a tres kilómetros de tu casa – esto hizo resonar la carcajadas de ambos.

Hubo un silencio. El caminaba con la mirada al frente y ella con sus manos en sus bolsillos y su mirada en sus pasos.

Y de repente

- creo que antes de morir me gustaría mucho tener a alguien donde encontrarme en su mirada – él la miró atento y pudo sentir esas palabras - ser el pensamiento de otra persona y ese alguien de los míos.

- ¿porque sigues sola si quieres eso?

- Porque después pienso que puede no funcionar y ya no quiero sufrir, no quiero perder a nadie mas- se sintió extraña sincerándose con alguien que desconocía pero quizás ese era el "toque" para poder hacerlo – entonces cambio la compañía de una persona por la de los animales.

- no es fácil encontrar la pieza que nos falta – Anna miró atenta y escuchó con plena conciencia este consejo que se repetía como un mantra pero nunca seguía – y vas a sufrir hasta encontrarlo, pero de eso se trata. Las personas vienen a nuestras vidas para dejar marcas, buenas o malas, y lo que suceda es para agitar nuestros sentimientos y aprender . Solo debes dejarte llevar, porque la muerte va a llegar y nunca sabrás cuando estarás delante de ella.

A lo lejos y a sus espaldas podía oírse la sirena de los bomberos y de alguna ¿ambulancia? No lo sabía con certeza, eran muchas. Como un pensamiento relámpago vino la imagen de su camioneta, que ha quedado abandonada al costado de la ruta, dió un paso hacia la dirección de donde venía y sintió una mano fría sujetar su muñeca.


-Tenemos que seguir Anna- le dijo esa voz masculina - o se hará tarde. 

Plumas NegrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora