Parte 5

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Anna no entendió aquella última oración, sin embrago sabía que tenía razón. Había una inquietud muy grande en su pecho, sentía ansiedad, miedo, tristeza, tenia muchas ganas de llorar pero no sabía a que se debía. Claramente lo adjudicó a todo lo que había sucedido esa noche, lo que pudo haber sido un trágico accidente, claramente la adrenalina estaba pasando y dejaba rezagos en su sistema.


-entonces...¿vives sola?- pregunto de manera insistente el muchacho.

-si, nadie más que mi gran compañera Goldie y yo en mi vida- contestó Anna

-que lindo, nunca tuve un perro-dijo pensativo- es más, creo que nunca tuve una mascota.

-que lástima, creo que no es vida si alguien no pasa la experiencia de la compañía de una mascota- dijo sonriendo recordando el día que su fiel amigo llegó a su casa- hay un antes y después.

Aquella dulce sonrisa desparece al instante y para su acompañante no pasa desapercibido ese cambio en su rostro.

Otra imagen invadió su pensamiento. Ahora era su mamá con su cabello suelto y un hermoso vestido floreado, su abuela y ella comiendo en su patio un medio día con sol de primavera, el aroma de las glicinas inundando el patio, la hierba enverdeciendo bajo sus pies descalzos y el momento mas feliz con su nuevo cachorro en brazos . Era extraño, hacía tiempo que no tenía un recuerdo tan vivido como ese. Es más, últimamente no podía recordarlas claramente si no veía una fotografía.

- ¿Que sucede? Te noto confusa o triste-


-No lo se, me siento extraña- se tocó queriendo palpar aquel vacío que la estaba abrazando desde el centro de su tórax- ¿nunca has sentido como un remolino de sensaciones aquí- dijo tocándose el pecho- bien profundo?

-Nnnnop

-¿Nunca te emocionaste? ¿Nunca tuviste miedo? ¿Ganas de llorar? ¿Ansiedad?¿algo?

El muchacho giró su cara para observarla y luego volvió la vista al frente

- Creo que no – alzo sus hombros sabiendo que no podía caber en él tales cosas

-Ufff voy a creer que eres "don insensible"- la vio sonreír tras ese comentario.

Tenía una hermosa sonrisa, sus ojos brillaban mas, y su rostro... vaya que si era bellísima. No solía hablar de Dios, era un nombre que no solía incluir en su lenguaje, pero debía reconocer que había creado a la criatura más pura que le tocó conocer.

-Si-dijo divertido y volviendo de sus pensamientos- me lo dicen seguido.


Conforme se iban acercando se escuchaba el ladrido de un perro. "Goldie" pensó Anna conociendo muy bien ese tono.


Bajo aquella bruma espesa y húmeda se escuchaban los pasos apresurados de los dos caminantes, haciendo crujir la arenilla sobre el pavimento.

Cruzaron la línea que dividía una vieja tranquera de madera y ahí estaba su querido compañero ladrando con desesperación. Ni bien su dueña se acercó, el can se agachó sobre sus patas delanteras,como si fuera una reverencia, y comenzó a hacer un sonido más parecido a un sollozo.

Anna acarició su cabeza y le habló para calmarla.


La perra se levantó y comenzó a rodearle sin dejar de hacer ese sonido que se notaba era tristeza,quizás miedo o angustia??

-Pobre mi pequeña!!! -dijo la muchacha aún agitada por la carrera- debiste asustarte mucho con las sirenas- más que una afirmación era un pensamiento en voz alta mientras acariciaba el pelaje dorado de su mascota.

-Siempre se comporta así?- pregunto curioso con esa voz ronca que a ella le gustaba tanto.

-No, Goldie es una perra muy atenta y amable- dijo mientras recordaba algo- de hecho... hacía tiempo que no le veía así.

Él sabia que los recuerdos debían hacerse presentes, ya era tiempo, y lo sabía por el cambio repentino en el brillo de su mirada. Aquella comenzaba a dejar de ser verdes para ser profundos y vacíos.

-¿Otro recuerdo?- dijo asomando su rostro al campo de visión de la muchacha

-¿Cómo sabes...?- dijo confundida mientras se ponía de pie

-Ahhh! Es lo normal en estas situaciones- dijo levantando sus hombros con sus manos en los bolsillos de su chaqueta como si lo que acababa de decir no fuese nada. - bien, ¿vamos a entrar o nos quedaremos aquí toda la noche? Porque tampoco tengo problema

Esa pregunta hizo sonreír a Anna, sacó sus llaves de su morral
-Ven muchacho- hizo un silbido y dió unas palmadas en su pierna para llamar la atención de la perra.

Ni bien entraron a la pequeña, pero acogedora casa, Anna se puso cómoda quitándose el abrigo y su bolso. El hombre la miraba sin perderle detalles. Entendía que había cruzado demasiado la linea, pero nunca imagino que iba a querer quedarse con ella más tiempo o quizás por siempre.
Le encantaba ver esos Hoyuelos en los costados de su mejilla cuando intentaba ocultar una sonrisa, cómo su rostro se iluminaba de tal manera que la delataba. La veía moverse en cámara lenta frente a él mientras ella se quitaba las zapatillas para ponerse sus pantuflas.


-Asi que ... - dijo ella sacándolo de sus pensamientos- ¿que haces en un pueblo como este?

-De paso nada mas. La verdad es que no debía estar aquí pero la curiosidad pudo mas.

- Curiosidad ¿ eh? - dijo en un tono de intriga, claramente ella quería saber más pero él no estaba dispuesto a dar más detalles.

- ¿Te molesta si me pongo cómodo?- con esas palabras cambió de tema y a ella no le molestó.

-Sii ponte cómodo ... no... hay...-su frase quedó atorada cuando la chaqueta negra se deslizaba por los hombros desnudos cubiertos en tinta con lo que parecían ser plumas negras- problema...

Claro que había problema, tenia un extraño con una increíble voz sexy, y ahora .... Un exuberante y dorado cuerpo tallado que comenzaba a tentarla un poco mas.

Una sonrisa de satisfacción escapo de los labios masculinos cuando supo lo que estaba pasando. Sentía como fuego la mirada de Anna a su espalda y en su cabeza se reproducían los pensamientos de Anna y eso le encantaba .

-Entonces...- iba camino al perchero cuando sus palabras y sus movimientos fueron interrumpidos al sentir los dedos de Anna marcar los bordes de su brazo

El toque era suave, delicado, podría decir profundo. Esas caricias le hicieron estremecer hasta el alma que ya no tenía.

Plumas NegrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora