Capítulo 05

336 36 0
                                    

       Namjoon solo le preguntaba:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


       Namjoon solo le preguntaba:

—¿Sigues igual?

Él asentía en silencio. No alargaban más la conversación. Los dos sabían que era algo ya inevitable.

Aquella tarde, ambos habían asistido a una fiesta social. Anochecía cuando dejaron el lujoso restaurante en compañía de dos mujeres. Dos bellas mujeres de la mejor sociedad.

—¿Adónde queréis ir? —preguntó Namjoon.

—A una sala de fiestas —dijeron ellas.

—Vamos, pues.

Jungkook asió el brazo de Raquel y Namjoon el de Mónica. Los cuatro elegantes, sanos, felices. Al menos en sus semblantes se manifestaba una tranquila felicidad. Atravesaron la calle. Tenían los autos estacionados al otro extremo y hubieron de cruzar a pie la calzada.

Fue entonces, al cruzar el semáforo, cuando lo vio. Quedó envarado. Allí estaba, a plena luz, el muchacho rubio llamado Taehyung. Vestía la misma gabardina, peinaba el cabello liso, sujeto con una horquilla. Él también lo vio. E instintivamente miró a Raquel. Esta no se percató de nada.

Estaban junto a los autos y Jungkook se apresuró a empujar a Raquel. Después asió del brazo a su amigo.

—¿Qué te pasa? —preguntó este quedamente.

—Míralo.

—Mi… ¿Dónde? ¿Dónde?

—Detrás de ti. Está esperando paso ante el semáforo.

Namjoon dio la vuelta y lo miró. Él sostuvo la mirada de los dos. Sin arrogancia, sin cinismo. Con absoluta serenidad.

Jungkook movió los labios en una sonrisa. Él no correspondió. El semáforo cambió de color, y él se perdió en la calle entre la muchedumbre.

—Jungkook… estás perdido.

—¿No… puedes ir tú con ellas? Yo quisiera seguirlo.

—No puede ser. Después hablaremos. Sube a tu coche. Ellas van a pensar que nos ocurre algo.

—Y nos ocurre —gruñó—. ¡Vaya si nos ocurre!

Pero aun así, subió al auto, se sentó junto a Raquel y puso el auto en marcha.

Por el espejo retrovisor vio el auto de Namjoon.

Muchas horas después, ambos amigos se hallaban solos, sentados ante la barra de una cafetería.

—¿Lo has visto?

Namjoon asintió.

—Es hermoso.

—Mucho.

—Debí seguirlo.

—¿Para qué? Toma lo que te da y ve pensando en romper. Es peligroso lo que haces. Sumamente peligroso. Primero lo consideré un entretenimiento, luego una necesidad material sin demasiada importancia. Temo que ahora sea ya algo más grave.

𝐎𝐝𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐄𝐬𝐜𝐥𝐚𝐯𝐢𝐭𝐮𝐝 ✿𝆬кσσктαєDonde viven las historias. Descúbrelo ahora