Capítulo 10

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         Yoongi y su mujer, como todas las mañanas, habían ido al mercado

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         Yoongi y su mujer, como todas las mañanas, habían ido al mercado. Tenían una furgoneta y ellos mismos hacían la plaza. Al día siguiente era domingo, día de fútbol. Por aquellos contornos pasaba mucha gente. Se quedaban a almorzar y a comer, y el trabajo en el bar era intenso.

Hasta Hyejin se veía precisada a poner el pan en las mesas. Hyejin preguntaba alguna vez por su hermano. Él la apretaba contra sí y le decía: «Está en el cielo con papá y mamá».

No deseaba que guardara un mal recuerdo de su madre. Siempre le hablaba bien de ella. Lo más penoso para un hijo es recordar a su madre con rencor. Nunca lo permitiría. Pensaba en todo esto, cuando vio a Namjoon en una de las puertas del bar. A aquella hora, las doce de la mañana, el local estaba casi vacío. Él preparaba la caja para la jornada de la tarde. Tenía un paño de limpiar el polvo en la mano, y pulía los metales de la caja registradora.

Namjoon avanzó despacio. Parecía un poco pálido.

—Buenos días.

Él no sabía ni cómo se llamaba. Sabía, eso sí, que era amigo íntimo de Jungkook y que por fuerza tenía que conocer su pasado con su amigo.

—Buenos.

—Me llamo Namjoon Kim. Ya sabe que soy amigo de Jungkook.

Asintió con un breve movimiento de cabeza. Namjoon no lo había visto jamás de cerca, y pese a la gran preocupación que lo agitaba, hubo de apreciar su belleza.

—Ya lo sé —dijo Taehyung con un hilo de voz.

—Vengo a decirte que Jungkook está muy enfermo.

Se estremeció. El paño del polvo cayó de sus manos. Namjoon se inclinó en silencio, lo recogió y lo puso sobre el mostrador.

—¿Qué… qué tiene?

—Un ataque de hígado. Pero muy fuerte. Casi brutal. No es que esté en peligro de muerte, pues de ser así me hubiera visto obligado a venir ayer mismo. Vengo por otra causa. No solo a comunicarte su enfermedad.

—¿Qué… deseas?

—Sé toda tu vida junto a Jungkook. Sé que eres bueno.

—Gracias.

—Hay ironía en el acento de tu voz.

—No es para menos. No creo que tu amigo participe de tu parecer.

—Puede que él lo ignore, pero participa. Lo conozco muy bien. Lucha contra algo que no tiene remedio. Tarde o temprano te pedirá que seas suyo.

—Vosotros, los que vivís tranquilos, tenéis dinero, y mujeres cuando queréis, siempre olvidáis. Hasta ese poder tenéis.

—No siempre. Cuando los sentimientos son verdaderos…

—Concretando: ¿qué deseas de mí? No creo que hayas venido a ponderar mis cualidades, si es que consideras que tengo algunas.

𝐎𝐝𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐄𝐬𝐜𝐥𝐚𝐯𝐢𝐭𝐮𝐝 ✿𝆬кσσктαєDonde viven las historias. Descúbrelo ahora