Capítulo 07

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         Jungkook apretó las manos en el volante con fiereza

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         Jungkook apretó las manos en el volante con fiereza. Namjoon, a su lado, lo miraba entre burlón y preocupado.

—Te martirizas sin necesidad.

—¿Sin necesidad? ¿Lo crees así? Escucha…

—Hay mucho tráfico. No me mires. Habla, pero no te olvides de que conduces un auto.

—Hum… Escucha. Si yo hubiera conocido a Taehyung en otras circunstancias, la cosa no pasaría de ahí. Pero he conocido a Taehyung de modo muy extraño, lo he llevado a mi piso, he sostenido durante meses unas relaciones con él, y puedo jurar que ha sido la única persona que pasó por mi vida inquietándome y descomponiéndome. Cuando conoces a alguien de esta clase, le tratas íntimamente y llegas al fondo de sus miserias o virtudes, no te produce inquietud. Pero cuando vives con él y no le conoces… porque no te permite que lo hagas… ¿qué pasa? —sin esperar respuesta añadió—: Tú fíjate que no he conseguido de Taehyung ni un maldito beso. Pasó por mi vida sin enterarse de que pasaba al parecer, y encima asegura que me ama.

—Claro. Una forma como otra cualquiera de aumentar tu inquietud. Ese muchacho no es tonto.

—No se trata de eso.

—¿Eres imberbe?

—Me afeito todos los días y he conocido a cientos y cientos de mujeres y hombres, por igual.

—Pero ninguno tan listo como este.

Jungkook se mordió los labios.

—Puedo decirte que desde que lo conocí… vivo en vilo. Eso es lo que puedo decirte. Y me produce una rabia suicida esta conclusión.

—Reanuda esas relaciones.

—¡Así pudiera!

—Oblígalo.

Jungkook detuvo el auto en el estacionamiento. Un mutilado pasó a cobrarle, le dio dos duros, recibió las gracias con desdén, y asió a su amigo por el brazo.

—Hoy vas a verlo por ti mismo.

—Suponiendo que esté visible. Recuerda que el tal Yoongi te dijo que era el alma del negocio, pero se indignó cuando insinuaste que pudiera estar de camarero o algo así.

Penetraron en el bar. Era un local moderno, como especie de cafetería. Había mesas, una barra estrecha a todo lo largo del local y en la terraza se movían tres camareros vestidos de blanco. Tres muchachos más servían en el local.

Jungkook consultó el reloj.

—Las nueve y media —gruñó—. ¿Tienes hambre?

Namjoon se alzó de hombros. Con las manos en los bolsillos y a paso lento los dos elegantes jóvenes se dirigieron a la barra. Los dos lo vieron en seguida. Estaba sentado ante la caja. Vestía blusa blanca de cuello camisero abierto hasta el principio del pecho y un pantalón negro de talle alto ajustado a sus perfectas caderas. Llevaba el cabello peinado como siempre sujeto con una sola horquilla.

𝐎𝐝𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐄𝐬𝐜𝐥𝐚𝐯𝐢𝐭𝐮𝐝 ✿𝆬кσσктαєDonde viven las historias. Descúbrelo ahora