Capítulo 2 - El "favorito"

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—¡No! ¡No, por favor! ¡Padre! ¡Por favor perdona a mi padre, Rey Dragón! ¡Por favor!

La princesa Teseicia lloraba en un frenesí desesperado mientras alternaba la mirada entre su padre y el dragón. Elmia parecía no saber que más hacer además de morderse los labios y Vidal, simplemente lo sujetaba de los hombros para que no actuara de una manera impulsiva.

La voz de Ryuo es tranquila... No concuerda en absoluto con la forma de su cara.

—Fue culpa tuya, todo. Desde el principio hasta el final... Me quitaste a mi favorito y también, encontraste la manera de quitarme a mi bebé.

Los ojos del Rey Ricardo están bien abiertos. Aunque parecía estar a punto de hablar, su voz fue absorbida de inmediato por el agua... Creo que está ahogándose.

El ruido circundante aumenta.

Los aristócratas reales y los funcionarios del templo se concentran en los dos personajes que tienen en frente. De la gente, se escucharon bastantes palabras de enojo y críticas muy duras.

—Tienes que morir, creo que entiendes que es necesario.

—¡Alto Rui! —Quiero aferrarme a él para detenerlo, pero de inmediato veo que mi mano está vacía y se desliza por su piel escamosa—. No... No puedes matarlo. ¡Me lo prometiste! ¡¡Me prometiste que no ibas a actuar así, aunque algo me pasara!!

Por favor, no seas como ellos. No dejes que todos en la ciudad te tengan miedo.

—Y tu hija conspiró también... Vaya. ¿Debería estrujarla frente a ti para que experimentes lo mismo que yo tuve que pasar hace unos días?

—No. ¡Por favor! ¡¡Por favor!! —El grito de la princesa Teseicia resonó sobre las palabras de Rui. Estaba desesperada. Gritaba— Piedad. ¡Pido que nos tenga piedad!

—Hermana... ¿Es verdad lo que dice Ryuo-sama?

Elmia le pregunta a la princesa Teseicia, pálido, increíblemente pálido. Ella solo sacude la cabeza y niega.

—No... ¡No!

Congelándose cada vez más y más, el Rey Ricardo, que está casi completamente cubierto por el agua, está al borde de la muerte. Tal vez, le quedan solo unos cuantos minutos por lo mucho.

—¡Rui! —Quiero que se dé cuenta de mi presencia así que levanto mi voz todavía más—. ¡¡Rui!! ¡Tú no eres un asesino! ¡No eres igual que mi hermano ni igual al rey o a su hija!

—... ¿Riku?

Fue solo un pequeño murmullo... Pero es claro que sabe que estoy allí. Lo sé. Lo sé porque el Rey Dragón comenzó a sonreír.

—¿Por qué estás aquí? No me encontraste en el castillo... ¿Así que decidiste venir a buscarme?

Rui, que entrecerró los ojos, se frota la cara como si intentara quitarse de encima todo el mal humor.

—Mi amor... Ya ni siquiera sé qué estoy haciendo.

—Rui, ¿puedes oír mi voz?

—Tu alma está aquí porque yo quiero que estés aquí... Fue lo mejor que pude hacer para no perderte.

—Oh...

—Tus emociones me llegan... Es como un flujo constante.

Los alrededores están aturdidos, la gente mira en mi dirección, aunque estoy seguro de que no pueden verme.

—Aún en esta posición ruegas por sus vidas. Eres... Realmente eres...

Rui sorbió su nariz y agitó la cabeza para que sus lágrimas no fueran visibles.

La persona favorita del rey dragón | Vol. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora