*23: JUNGKOOK*

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—Vamos a llegar tarde—, se queja Seokjin mientras le lavo la espalda en la ducha, dedicando demasiado tiempo a su delicioso trasero. ¿Pero puede alguien culparme? Es espectacular.

—Nos duchamos juntos para ahorrar tiempo—, le digo, arrodillándome y dejando que el agua se lleve todo el jabón mientras agarro su firme trasero con las manos.

Cuando separo sus nalgas y me zambullo arrastrando la lengua por su agujero, ya no parece tan preocupado por llegar tarde.

Su espalda se arquea y apoya las manos en el azulejo de la ducha. —Oh, maldición. No pares.

No tenía intención de parar, pero me rio de todos modos. Utilizo una mano para acariciarle la polla dura mientras lo como con avidez, mientras mi polla busca alivio.

Sabe a agua y jabón, pero ojalá lo hubiera hecho antes de limpiarlo. Ansío su sexy aroma a humedad.

La próxima vez.

—Cerca. Mierda—, jadea, y me encanta lo desesperado que está. Me levanto a regañadientes, dejándole caer besos a lo largo de la columna, sin dejar de acariciarlo mientras agarro el lubricante que he traído aquí para esta misma ocasión.

Menos mal que Evan tiene su propio cuarto de baño y puedo dejarlo aquí, porque pienso follarme a Seokjin muchas veces aquí dentro.

Aún tenemos cosas que resolver. Pero por ahora, parece que vivimos en la felicidad de la paternidad.

Cuando me lubrico y me hundo en su apretado cuerpo, tengo que recordarle que se calle porque ahora somos padres y nuestro hijo está al final del pasillo. Se limita a morderse el brazo con los dientes y me empuja ese culo sexy, de modo que tengo que morderle el hombro para recordarle que se calle cuando mi propio placer se apodera de mí.

Le agarro la polla, acariciándosela al ritmo de cada embestida, y él rocía la pared de la ducha con su semen un segundo antes de que yo me descargue dentro de él.

Se da la vuelta cuando salgo lentamente y sus labios se aplastan contra los míos, sus dedos me agarran la nuca mientras me devora la boca.

Nunca me cansaré de esto.

Cada segundo de dolor merece la pena por el placer de tenerlo aquí, en mi casa, que espero que pronto considere nuestra casa. Tenerlo de nuevo en mis brazos lo es todo.

No quiero dejarlo ir, pero cuando el beso empieza a desvanecerse, sonríe contra mis labios y me empuja hacia atrás con cuidado. —Tenemos que irnos.

—De acuerdo—. Le doy una bofetada en el culo, con un poco de cuidado porque acabo de estar dentro de él. Me mira, pero es con diversión.

—No quieres perderte esto más que yo—. Se va, y yo también porque tiene razón. Evan lleva un mes esperando esta recaudación de fondos. La organizó con sus nuevos amigos del Club de Ciencias y es de lo único que habla.

Nos vestimos y salimos de nuestra habitación, encontrando a Evan en el salón, prácticamente dando saltos de alegría para llegar al colegio y prepararlo todo. Nos disculpamos por haber tardado tanto y nos metemos en el coche de Seokjin, porque sí, puede que tenga que buscar un todoterreno o algo así.

Mi coche deportivo no está hecho para familias.

Cuando llegamos al colegio, Evan sale del coche en cuanto aparco y me rio de lo emocionado que está mientras corre hacia sus amigos. La mano de Seokjin se desliza entre las mías mientras lo observamos juntos, y entonces veo a Ethan y Knox bajando de un camión.

Sólo los he visto un par de veces, pero sé que Ethan lo pasó fatal recuperándose de su trauma tras un accidente de coche en la universidad. Sin embargo, parece feliz y tranquilo mientras cierra la puerta del acompañante. Me fijo en las jaulas de atrás y no puedo creer que hayan traído una cabra.

Y parece que también han traído un cerdo.

—Parece que se están volviendo unos granjeros—, dice Seokjin cuando nos acercamos.

—Y tú pareces totalmente doméstico—, dice Knox con una sonrisa brillante mientras mira nuestras manos unidas.

—Necesitaban un hogar—, dice Ethan, y yo sonrío. Mira a Evan, que camina hacia nosotros con sus amigos. —Parece que él también.

—Sí—, dice Seokjin feliz con un profundo suspiro. —Y necesitábamos darle ese hogar.

—Eres realmente increíble, Seokjin—, dice Ethan. Estoy totalmente de acuerdo, aunque él no lo sepa.

Ayudamos a montar el zoo de mascotas fuera del colegio. Varias personas pudieron traer animales, sobre todo perros, un par de gatos e incluso una tortuga. Pero todo fue un gran éxito, y el Club de Ciencias podrá pagarse un viaje decente.

Ha sido un día condenadamente bueno, y hacemos planes para ir pronto a la nueva casa de Ethan y Knox porque parece que Evan es un amante de los animales. Se ha encariñado un poco con esa maldita cabra.

Tal vez podamos encontrarle un cachorro o algo así, porque no estoy seguro de poder manejar una cabra como mascota.

¿Pero a quién quiero engañar?

Si el niño quiere una cabra, probablemente le conseguiré una cabra.

*Nunca me Fui*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora