Capítulo 4

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Charles

Toco varias veces la puerta que no tarda en abrirse.

—¿Qué haces aquí? —dice la persona al otro lado.

—Empiezo a creer los saludos no son lo tuyo —digo rodando los ojos.

—¿Quién es? —dice Carlos asomándose por la puerta.

Pierre y yo decidimos venir a la casa de Lando que tiene aquí en la ciudad de donde es. Venimos de sorpresa sabiendo que Carlos también estaría aquí, ambos han sido insistentes en saber quien es la chica con la que me bese en el bar, de la que no les he contado nada.

Por eso estamos aquí para contarles lo que sea que quieren saber. No quería quedarme solo en el interrogatorio que seguro me harán, por eso obligue a Pierre a quedarse mas días.

—Ah, son ustedes —dice Carlos nuevamente.

—¿Donde queda la emoción? ¿No quieren saber sobre la chica de Charles? —dice Pierre hablando por primera vez.

Lando y Carlos se voltean a ver y ponen una sonrisa que se parece a la del gato de Alicia en el país de las maravillas. 

—No pongan esa cara, es espeluznante —finjo tener escalofríos.

—Pero pasen, no se queden afuera —nos invita Lando sin borrar la sonrisa.

Me estoy arrepintiendo de venir. Ahora tengo que aguantar a estos dos locos chismosos. Tres si contamos a Pierre, no le he contado mucho y se que también se esta comportando por no preguntar.

Los cuatro nos sentamos en su sala, me siento en el pequeño sillón de una persona y en seguida me arrepiento, porque ahora tengo tres pares de ojos rodeándome. 

Suelto un largo suspiro por lo que esta por comenzar.

—Ya se lo que quieren hacer. Pregunten todo lo que tengan que decir. 

Y con solo esas palabras los tres hombres comienzan a hacer todo tipo de preguntas tan rápido que no les puedo seguir el ritmo.

Doy otro suspiro. Me espera una tarde larga.


Claire

—Así que te veras con Charles Leclerc —me dice Amelia con una pequeña sonrisa ladeada.

—No pongas esa sonrisa, solo será para platicar —digo intentando borrar esa sonrisa o cualquier cosa que esté pensando.

Después de añadir su número, comenzamos a platicar sobre nosotros u otras cosas sin importancia.

Al parecer si se está tomando en serio lo de ser amigos.

Ya cuando llevábamos unos días hablando, me invitó a salir para conversar, ahora en persona, después de pensarlo por un tiempo, acepté.

Ahora estoy en mi apartamento arreglándome para esa salida. Amelia vino en cuanto le conté que me vería con él. Como lo chismosa que es. 

—Ay por favor, a mi no me engañas.

—¿Por qué te mentiría? Solo voy porque el insistió.

—¿Por qué te insistió? Digo, eso de ser amigos.

Desde Aquel Beso - Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora