capítulo 10

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La televisión se escuchaba hasta su habitación, en ese momento estaba realizando los ejercicios de cálculo, ya había mandado las fotos que Yoongi pidió, pero seguía pensando en eso, ¿había sido pesado en esa ocasión?

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escuchó a su puerta siendo tocada, él miró hacia aquella dirección para dar permiso a qué entrara la otra persona.

—¿Pasa algo? ¿Ya vino mamá?

—Estoy aburrida… —habló la pequeña niña mientras sostenía la manija de la puerta, seguía en el marco de la puerta observando a su hermano.

—¿Qué quieres hacer? —su hermanita encogió sus hombros —. No puedo jugar contigo en este momento, pero puedo prestarte mi teléfono, ¿quieres?

Soojin asintió antes de adentrarse a la habitación de su hermano mayor, el cual le entregó su teléfono y unos audífonos para que se entretuviera.

El rubio continuó con su tarea hasta la hora de la cena, donde acompañó a su madre omega, el ambiente se sentía un poco diferente, pues la otra mujer no estaba, era fácil adivinar dónde podía estar.

—¿Dónde está mami?

La voz de la niña fue como un taladro en los oídos de la mayor, ella giró su cabeza para verla con la frente fruncida y aquella expresión característica que mostraba el resentimiento que le tenía a su propia hija.

—Come un poco más, Soojin, mira, es brócoli… —trató de desviar la atención y distraer a la pequeña, tomó el tenedor ajeno y le llevó un poco de la verdura a la boca de su hermanita.

—Está muy rico… —El brócoli salteado era su favorito.

—Sí, sigue comiendo. —le sonrió antes de mirar a su mamá, la cual ahora comía con normalidad —¿Cómo te fue en el trabajo?

—El turno estaba pesado… ¿Cómo te fue en la escuela?

—De maravilla, hasta que el profesor que todos odiamos nos puso a realizar veinte ejercicios de cálculo de un estúpido libro —bufó —. Además, me raspé la pierna…

—¿Qué? —parecía preocupada —. ¿Estás bien? ¿Te duele?

—No es nada… —dijo con una sonrisa genuina.

La mujer asintió lentamente, mantenía su expresión de preocupación mientras seguía observando a su hijo, después de un rato soltó un suspiro.

—¿No te gusta esto? —preguntó tras cinco minutos en silencio.

—¿A qué te refieres? —miró los platos y después a su madre —. El brócoli salteado con salsa china me gusta desde niño…

—No, eso lo sé, pero me refiero al ambiente —dijo mientras señalaba el alrededor con su tenedor, Hoseok no pudo estar más confundido —. Ya sabes… sin tu mamá…

El omega paró de comer ante la respuesta de su madre, ¿A qué se refería? ¿Por qué le preguntaba algo así? No podía estar más que desconcertado, pero no sé atrevería a preguntar o a tratar de entender las palabras de la otra.

—No importa, termina tu comida y después recoge los platos, ya me iré a dormir… —limpió sus labios con una servilleta de papel y se levantó de su asiento para dirigirse a su habitación.

Hoseok siguió a su madre con la mirada intentando comprender lo que acababa de pasar, ella empezaba a comportarse de una manera extraña.

Antes de ponerse a lavar terminó de darle de comer a la menor, la ayudaba a cortar los brócolis a pedazos más pequeños, los cuales sí podía llevarse a la boca.

El espanta alfas || PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora