—¿Estás segura que vamos por buen camino?
—Por lo que me dijo Falco sí.—Dijo muy confiada la niña de diez años.
Armin seguía mirando Google maps para poder encontrar la dirección de la casa de Falco, el amigo nuevo de Gabi. Por las características de su casa, tendría que ser muy sencillo. Obvio, si no tomamos en cuenta que el vecindario por dónde vivía todas las casas tenían la misma fachada.
Por fin había llegado el esperando jueves. Luego de que su hija se lo recordara hasta por los oídos, tanto que le costaba difícil poder olvidarlo. Era la emoción de poder salir a algún lado junto con amigos, algo, que no era muy común que hacía mucho Gabi.
¿Razones? Simple. Casi le costaba hacer amigos y aunque los tenía, no era alguien que tenía los privilegios para ir a jugar a casa de otros niños. Debido a que el antiguo trabajo de su padre no le permitía poder ir a dejarla y ni mucho menos poder recogerla de la casa de un amigo. Y aunque existieran padres de aquellos niños que estuvieran dispuestos a llevarla por su cuenta y regresarla a casa, Armin era una persona con mucho orgullo como para poder dejar que otras personas se encargarán de sus responsabilidades. A parte de que no le gustaría que otras personas llegarán a conocer donde vivía.
—¡Es ahí!—Jaló de la manga de su chaqueta.
Miró hacia dónde apuntaba. Era una casa bonita, de colores claros, dos pisos y un pórtico. En las escaleras de la entrada se encontraba un niño rubio de la misma edad que Gabi. Se levantó de ahí para saludar a ambos.
—¡Gabi, si viniste! Me alegro, Udon está esperando adentro.—Le dió una sonrisa genuina. Luego miró a un lado, percatándose de Armin.—Mucho gusto señor, soy Falco, el amigo de Gabi.
Aturdido por la educación tan repentina del niño, le estrechó la mano.
—Buenas tardes Falco, soy Armin, el padre de Gabi.
Después de las presentaciones, el niño le invitó a pasar a tomar algo a Armin, a lo que este negó amable. Falco entró a la casa, esperando a Gabi.
—Bueno, te vendré a recoger a las 7:00.
—¿Pueden ser a las 7:30?—Suplicó la niña.
Alzó una ceja y la miró intrigado. Lo pensó un momento antes de acceder.
—7:40 y ni un minuto más.—Le sonrió a la niña antes de abrazarla.—Bueno, espero que te diviertas.—Se separó un poco para poder mirarla.—Te portas bien, sé educada con los mayores y recuerda...
—No romper nada, sí lo tengo.—Terminó desganada.—Ya puedes irte.
—De acuerdo.—Se reincorporó.—Diviertete mucho.
—Y tú igual con la comida con tus nuevos amigos del trabajo.—Gabi le dedicó una sonrisa generosa antes de salir corriendo hacia donde estaba Falco.
¿Comida?
O claro, la comida con Eren, Mikasa y Annie. Lo había olvidado...
... O mierda.
...
Llegó minutos antes al local, antes de que los tres llegarán. Recordó que hace dos días Eren quería ir a la fabulosa pizzería que acababa de abrir en la plaza. Pensaba invitar tanto Mikasa, Annie y a él; y está vez no quería rechazar la oferta porque sonaría muy grosero de su parte. No tendría problema porque sería el mismo día que Gabi iría a la casa de Falco, ya que no tenían clases por motivos de reparación en ciertas partes del edificio escolar. Con esas razones no tendría que preocuparse en tener que ir a recoger a la niña.
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Una Felicidad Anhelada
Fiksi PenggemarEl recorrido que se lleva para obtener lo que queremos puede llegará a ser bastante difícil y en ocasiones puede que nunca lo logremos. Sin embargo, uno será capaz de hacer todo lo posible para conseguir lo más anhelado que te dicte el corazón. Arm...