* horas más tarde *
Nos encontrábamos viendo una película en la cual mi hijo no duró ni media hora viéndola por lo agotado que estaba, por ende se acurruco en mi pecho y se durmió. Justo ahora acababa de terminar la película y para ser sincera, ni estando despierta logré prestarle atención; estaba pensando en todo y nada a la vez.
Realmente estaba cansada de esta situación, de que solo logrará estar bien en breves momentos, que cuando pita no estaba o cuando tenía un mal día en el trabajo, llegara a la casa a llenarme de malas palabras o con ganas de hacerme daño, todo esto me pone mal, mi mente no está bien, yo no estoy bien y me frustra saber de que sí yo no lo estoy, no podre hacerle bien a ningun cercano.
¿Qué por qué no pido ayuda? Sencilla la respuesta, no sé hacerlo. Sólo me dejo hundir lentamente, he de admitir que esto no es el pan de todos los días, ni mucho menos y realmente lo agradezco... supongo que esto funciona por tiempo o etapas.
- No quiero seguir así... - lo digo para mí misma.
Mi pita no se merecía esto y aunque no lo fuera con él o al frente de él, yo sé que él siente mis problemas y logra estar allí siempre para yo estar mejor. Mi hijo es tan pura persona, él es un chico sencillo, humilde, empatico y amoroso, sin dejar de lado lo inteligente que era... ahora que lo pienso, no fui tan estúpida como siempre al criarlo, al contrario, lo crié y lo seguiré haciendo mejor.
Me sumergí tanto en mis pensamientos que ni note cuando me había quedado dormida.
~ De un momento a otro me siento sudando, en un lugar que desconozco, en donde lo único que puedo contemplar es un amplio y elegante ¿café bar?
Todo es confuso, lleno de un tipo de red flash, en donde estoy con una chica, en donde no puedo detallarla como se merece, en donde lo único que puedo ver son unas hermosos ojos verdosos, unos ojos que me transmitian todo lo que estaba bien en este mundo, donde cada que me acerco a ella, ella también lo hacia.
Me levanto de golpe de la cama, al escuchar una alarma.
- ¿Pero que mierda? - lo digo en apenas en un susurro.
Esos ojos parecían tan reales, esa mirada tan penetrante la sentí tan real, la sentí tan adentro de mí, la sentí tan pacifica he inocente... la sentí conocida y la sentí de una manera tan necesitada.
- Amor - llamo a pita en un intento de levantarlo y el se remueve de la cama - es hora de ir al kinder, ven levántate - lo escucho refunfuñar debajo de la almohada, lo tomo cargado y en vez de levantarse, se acomoda en mi cuello para dormirse y me voy riendo al cuerto de la ropa.
Después de batallar como siempre con pita, para poder bañarlo y organizarlo para llevarlo al kinder, que por cierto debo decir que nos cogio la tarde a ambos, no tanto por pita, sino que he de admitir que por la mía también, este... nos quedamos jugando en la cocina con las uvas, de quien atrapaba más. Lleve a pita al kinder, se lo encargue a la docente y me fui casi volando en mi coche hacia mi cocina.
- ¡Buenos días! - saludo entrando con un buen animo el día de hoy.
- Ay no calle, otra vez con tú seriedad - la miro ofendida - nos merecemos 1 día a la semana con tú hermosa sonrisa, ¿no?
- Sabes que idiota, venía de buen humor, pero ya que hablas, como que mágicamente se me quito - le digo a laura con una risa más falsa que el culo de yina Calderón.
- No me digas que hoy era tú día de gratitud y amor - me molesta muerta de la risa.
- Dio! Non so come ho fatto a lasciarmi convincere da questo idiota ad assumerla "¡Dios! no sé como hice para dejarme convencer por esta imbecil para contratarla" - le digo y ella me mira ofendida.
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Permitiéndonos Coincidir
RomanceDaniela Calle, una Chef muy reconocida por su gran labor y su gran sazón, una de las más reconocidas en Miami e Italia; pero la cual retiene y reprime un gran sentimiento que es el rencor, ansiedad y depresión. ¿Cómo es posible que según mis cliente...