* Pov Narrador *
Los días habían transcurrido con normalidad para ambas; para María José, cada día que pasaba sin ver a Daniela, era como un tipo de señal que le mandaba el universo para desistir de aquella idea loca que surgió en algún momento... aunque ella le sacaba el dedo del medio al "destino" cada vez que quería ignorarlo. Por otro lado, estaba Daniela, la cual se tenia que aguantar día por día a su hijo y sus grandiosas preguntas a las que aun no le tenia respuesta. Preguntas como: ¿donde esta majito? ¿Por qué ya no eres amiga de ella? ¿Invitala a comer con nosotros? O ¿sabes como esta?
Habían pasado un sin fin de semanas, he incluso meses, que para ser exactos, fueron tres después de los pocos encuentros que habían tenido Daniela y Maria José, unos meses en donde lo poco que sabían de la otra eran las cosas más mínimas. Por un lado, tenemos a Daniela, que había hecho realidad un sueño más junto a sus colegas, el cual constaba de poner en la lista de los mejores restaurantes al restaurante que antiguamente era de Echeverri, el que estaba relativamente mal y con perseverancia, su prometido resultó siendo todo un éxito. Por otro lado, María José, seguía siendo la gran empresaria que era, con sus vocaciones de café bar y galerías de arte o por lo menos eso es lo que hacía saber su padre, el cual estaba más que orgulloso.
* Pov Calle *
* RING * * RING * escucho sin cesar la alarma. Con mi mayor pereza, alzó mi mano, para darle lo más duro que pude darle, al reloj.
Realmente agotada me sentía, con un poco de angustia y desesperación, es que... ¿por qué nuevamente tengo que soñar con Maria Fernanda y Germán? ¿Qué no les basto con lo ya sucedido, como para que me atormentan aún?. Hay muchas cosas que solo mis cercanos y yo sabemos, cosas que nadie más puede saberlo y que son sumamente preocupantes y quizas eso explique o "justifique" su motivo de partida.
- Buongiorno, famiglia - escucho gritar a juancho desde la cocina - Danielaaaaa - entra de forma absurda a la habitación, provocando un gran ruido.
- Shhhhh - digo señalando a pita que estaba aferrado a mi cintura, con su cabecita en mi hombro.
- Perdón, perdón corazón - se acerca para darnos un beso a pita y a mí - levantalo, debemeos hacer algunas cosillas.
- dame un un momento per favore - asiente y sale.
Intento estirarme lo más que pueda (lo cual no es mucho, para no incomodar a pita) cojo mi celular y miro mis pendientes del día sábado y sonrió. Nada. No. Tenía. Nada.
- Buon giorno cara (buenos días cariño) - le susurro a pita, dando millones de besos en la cara y lo escucho reír - vamos, no seas perezoso.
- Mamma, déjame dolmir otro ratito - me río para mis adentro y niego - vamoooos, di que sí.
- Okey y yo que te tenia un plan... ahora supongo que lo pospondre - finjo sueño y el se levanta automáticamente y cierro mis ojos sonriendo.
- Mamma mira que ya me levante, mira mira - no abro mis ojos y se me monta encima.
Siento como sus manitas se apoyan en mi cara y empieza a jugar con ella.
¡Mierda! ¿en que momento este niño creció tanto? Empieza a dar mini saltos encima mio.
- Ya, ya me levante - lo sostengo para que pare y lo giro para quedar encima de él - con que muy songo sorongo saltando encima de la mamá - se ríe - sigo yo.
Jugando con pita, se nos pasó el tiempo volando, he incluso ni lo sentimos o al menos no hasta que sentimos que entra juancho molesto a la habitación.
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Permitiéndonos Coincidir
RomantizmDaniela Calle, una Chef muy reconocida por su gran labor y su gran sazón, una de las más reconocidas en Miami e Italia; pero la cual retiene y reprime un gran sentimiento que es el rencor, ansiedad y depresión. ¿Cómo es posible que según mis cliente...