Capítulo 4

344 37 1
                                    

* UNA SEMANA DESPUÉS *

Transcurrió una semana, una semana un tanto pesada para el café bar, una semana en la que he estado al tope de todo y aun estando así, quiero ver a la chefcita.

Esa chica, esa chica tiene un no se que, que me llama tanto la atención, quisiera saber más de ella, de su vida después del restaurante...

- Poche, bájate de esa nube - me decía Mary - andas toda distraída y no atiendos a tú cliente estrella.

- ¿y ese quien es? - pregunto de forma cómica.

- Sí serás estúpida. ¿Qué te trae así? - pregunta con los ojos rasgados.

Ahora que lo pienso bien, todos los días estaré ocupada, que más da que me vuele un rato, depsues de todo son los beneficios de ser jefa ¿no?

- Te invito a almorzar - le digo dándole mi mejor sonrisa.

- ¿okey? Esto esta un poco raro... pero tengo hambre - nos vamos riéndonos.

Sinceramente estaba un poco tarde para ir a "almorzar" eran las 3 de la tarde, pero que más da, es hoy o nunca.

Llegamos al restaurante y había una enorme fila de autos esperando para entrar, poco tiempo después pudimos lograrlo y le entregue las llaves al vigi.

- ¿me trajiste al mejor restaurante Italiano? - asiento - poche, yo... es que a mí me gustan los hombres, de ver... - la cayó.

- No giu, no seas puerca, como se te ocurre - digo asqueada, mientras entramos.

¡Si sera estúpida esta vieja!

Apenas entramos, nos ubican en una mesa casi al frente de la recepción y de la cocina. El restaurante estaba a reventar y entiendo porque, claro.

- Buenas tardes, ¿Cómo se encuentran? - nos dice un joven alegremente.

- Muy bien, gracias por preguntar ¿y ? - pregunto de vuelta.

- Muy bien señorita, ¿que se le ofrece? - nos dice entregandonos el menú.

- Quisiese spaghetti con la salsa de la casa y una limonada de coco por favor, para ambas - le pido mientras él anota.

- En unos momentos te los traigo - avisa.

Nos quedamos hablando mientras esperábamos nuestros platos y daniela nada que se hacía notar, momentos después veo al niño de aquel día entrar al restaurante y saludar a todos un poco eufórico, tie po después su mirada se desvía para que cruzaramos miradas mutuamente.

- Hola señolita bonita - me dice el niño sonriendo y yo me río - yo te conozco.

- ¡Hola, pequeño! He de creer que sí y ¿que haces por aquí sólito? - pregunto y Mary me apoya.

- Oye, si. No deberías de estar por aquí solo y más un niño tan guapo como tú - el niño suelta una carcajada.

- No se pleocupen po'mí, yo soy el jefe - dice mostrándonos su amplia sonrisa y nosotras reímos.

- Que gran jefe que te ves - digo - ¿como te llamas pequeño? - indago.

- Me llamo petter y tengo cuatlo años - nos comenta y escuchamos como lo llaman y el hace la señal de que vengan.

- pett, hola cachorro - viene otro chef y lo saluda revolcandole la cabeza.

Permitiéndonos CoincidirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora