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Los primeros meses de convivencia fueron buenos, a pesar de que muchas veces Seojoon tuviera que abofetearle cuando hacía o decía algo que no correspondía

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Los primeros meses de convivencia fueron buenos, a pesar de que muchas veces Seojoon tuviera que abofetearle cuando hacía o decía algo que no correspondía. Sunghoon había aprendido, a base de miedo y terror, que desafiar a su alfa no era algo bueno, no si quería terminar con su rostro sin golpe alguno y siendo violado sobre la cama matrimonial para remarcar la supremacía del alfa sobre su omega.

Pero para su propia fortuna, cuando quedó preñado, las cosas parecieron cambiar un poco: Seojoon podía ser agresivo con él, pero no era tan estúpido como para pegarle o abusar de él estando con un bebé en camino. Después de todo, a los alfas les encantaba tener a sus omegas preñados, demostrando que cargaba con su cría y le pertenecía por completo.

A Sunghoon realmente no le importaba, no cuando sintió las primeras pataditas de Sunoo, y su instinto maternal conectó con el bebé, haciéndolo sentir feliz, cálido, contento, de tener algo a lo que aferrarse.

Incluso Seojoon suavizó la forma de tratarlo, soportando sus antojos, berrinches y llantos como si nada, aceptando que todos esos cambios venían del hecho de llevar a Sunoo en su vientre, aunque si Sunghoon lo pensaba en retrospectiva, su alfa le cobró después su comportamiento por puro placer.

Sunghoon, deja de trabajar en el jardín había dicho Seojoon una tarde que llegó del trabajo, encontrándolo inclinado sobre el rosal, su abultado estómago de cinco meses notándose por debajo de las enormes ropas que llevaba. No le hará bien al bebé.

Sunghoon asintió, distraído, entrando al comedor luego de limpiar sus zapatos para no ensuciar, y se sentó al lado de Seojoon, su instinto omega buscando protección del alfa a pesar de que no le quisiera.

Pero todo el mundo siempre le había dicho que un omega necesitaba de un alfa, así que estaba acostumbrado a comportarse de esa forma por mucho que despreciara a Seojoon en el fondo.

El alfa pasó un brazo por sus hombros, atrayéndolo, y Sunghoon ronroneó por el gusto, sintiendo la sonrisa de orgullo que esbozaba el alfa.

Bien. Tenía que mantenerlo feliz y contento.

¿Cómo le vamos a poner al bebé? preguntó entonces, llamando su atención.

No me importa, busca tú un nombre respondió Seojoon como si nada.

Arrugó los labios, disgustado, pero trató de no mostrarlo porque sabía que eso no le haría mucha gracia al alfa.

Sunoo. hizo una pausa Park Sunoo. ¿Te gusta, Seojoon?

Seojoon suspiró, pensativo.

Suena bien.

¿Qué te gustaría que fuera?

Seojoon lo observó.

Alfa. Quiero un bebé alfa.

Por supuesto, claro que sí, ¿no era obvio?

୨୧ 𝐊𝐈𝐋𝐈𝐆  ⇝  𝒥akehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora