Berk era un lugar implacable, cubierto de nieve durante nueve meses del año y azotado por granizadas durante los otros tres. Había sido así durante siete generaciones, aproximadamente 300 años. Cada noche era similar desde que los vikingos llegaron, ataques de dragones, batallas, sangre y muerte.
Sin embargo, esa noche era diferente a todas las anteriores. En la casa más grande de Berk, la residencia del jefe Estoico el Vasto, estaba a punto de nacer su heredero.
Valka: Mi amor, creo que... ah, el bebé ya está por nacer... ah.
Estoico: ¿Ahora, en este momento?
Valka: ¡No, idiota, mañana! -gritó enojada- Claro que ahora.
Estoico: Claro, iremos con Gothi de inmediato.
Estoico cargó a su esposa en brazos y la llevó hasta la casa de la curandera del pueblo. Entró sin tocar la puerta, sin saber qué se encontraría allí.
Estoico: Gothi, necesito tu ayuda. Mi esposa está por...
Lo que vio Estoico lo dejó impactado: una mujer en las mismas condiciones que su esposa, en pleno trabajo de parto, ya exhausta después de un tiempo prolongado.
Gothi: (escribiendo) Recuéstala en la cama, me encargaré de ella.
Estoico: ¿Estás segura de poder hacer esto sola...?
Gothi: (escribiendo) No estoy sola. La ayuda ya viene.
Estoico: ¿Quién te ayudará?
Bocón: Saludos. Escuché que necesitan a un partero experimentado. ¿Dónde está el paciente?
Gothi: (escribiendo) Dirás 'las pacientes'. La esposa de Estoico también está en proceso de parto.
Bocón se volvió hacia Valka, quien estaba tratando de regular su respiración junto a la otra mujer, la señora Hofferson.
Bocón: De antemano, muchas felicidades, amigo. Sabes, he estado pensando en nombres. Si es niño, podrías ponerle como tu padre o como su padrino, es decir, yo. Aunque si es niña, podrías considerar nombres de diosas, como Freya...
Estoico: ¡Bocón, deja de decir disparates y presta atención! -se quejó, mientras la anciana le daba un golpe a Estoico
Gothi: Necesito que salgas.
Bocón: De acuerdo. —se dirigió a la salida, pero Gothi lo golpeó en el hombro— Era broma, sabía que te referías a Estoico.
Estoico abandonó la cabaña, y Gothi ayudaba a ambas mujeres mientras Bocón le pasaba los instrumentos necesarios. Sin embargo, al pasar una vasija de agua caliente, Bocón la dejó caer accidentalmente, salpicando por completo a Bocón y a Gothi.
Valka: ¿Qué fue eso? —exclamó, mientras respiraba con dificultad—.
Sra. Hofferson: Ah, está todo bien. —respiró profundamente— Por favor, bebé, no hagas sufrir a mami.
Bocón: Todo está bien, sigan con lo que están haciendo. —dijo, tratando de disimular el dolor.
La mala noticia se reflejó en los ojos de la curandera, que no podía ver bien, y Bocón estaba tan asustado que no sabía qué hacer. En ese momento, solo deseaban que los niños nacieran sanos. El parto de ambas mujeres continuó. Cuando finalmente nacieron, ambas madres vieron a sus hijos por primera vez, aunque la visión era borrosa debido a lo débiles que estaban. Sin embargo, al momento de limpiar a los bebés, ocurrió algo inesperado Bocón accidentalmente intercambió a los bebés, y Gothi no lo notó debido a que aún estaba tratando de recuperar la vista a la perfección.
Cada uno de los padres se llevó a su esposa e hijo a su respectiva casa. Aunque esa noche nacieron dos niños, no fue una noche tranquila. Un ataque de dragones ocurrió, y Estoico, como jefe, salió a combatir sin pensar en que había dejado a su hijo y a su esposa, que aún dormía, totalmente indefensos. De repente, la cabaña del jefe se incendió. Un Cortatormentas salió de la cabaña con la esposa del jefe entre sus garras. Estoico corrió hacia la cabaña, pero solo logró salvar a su hijo de cualquier daño.
Mientras tanto, en la casa de los Hofferson, el señor Hofferson luchaba contra una pesadilla monstruosa para evitar que entrara en su hogar. Aunque su ayuda en la batalla era necesaria, para él, su hija y su esposa eran lo primero. Cuando todo terminó y su esposa despertó, ella miró a su hija con extrañeza.
Sr. Hofferson: ¿Pasa algo, querida?
Sra. Hofferson: No es nada, solo que... recuerdo que la bebé tenía unos ojos azules brillantes, no verdes bosque...
Sr. Hofferson: Tal vez viste mal. Estabas muy cansada por el esfuerzo.
Sra. Hofferson: Quizás. —esa respuesta no la dejó tranquila, pero al ver cómo su pequeña se acurrucaba en ella, todo pasó a un segundo plano.
Después de esa noche, nada fue igual en Berk... o bueno, la verdad no cambió tanto. Solo que, para siempre, la historia de Berk no sería la misma. Esa noche nacieron el hijo del jefe, Asther Haddock y Hicca Hofferson, hija de dos aldeanos que, aunque eran buenos guerreros, su influencia en el liderazgo de la aldea era insignificante.
Con el tiempo, ambos niños crecieron a su manera. Asther fue educado por su padre, Estoico, quien, lamentablemente, había perdido a su esposa a manos de un dragón. Estoico lo crió como un verdadero vikingo, y, aunque se esperaba que fuera un excelente guerrero por ser hijo del jefe, sobresalió en batalla más allá de las expectativas. Sin embargo, en cuanto a estrategias y comportamientos adecuados, no era tan destacado. Su posición privilegiada le permitió comportamientos indebidos y malos modales sin recibir críticas, ya que, al ser el hijo del jefe, pocos se atrevían a corregirlo. No obstante, tanto los más jóvenes como los ancianos de la aldea lo consideraban un malcriado, consciente de que su estatus le otorgaba una libertad que otros no disfrutaban.
En cuanto a Hicca, ella fue criada por una madre amorosa que le enseñó a cuidar del hogar, a leer, escribir y, su actividad favorita, dibujar. Aprendió de memoria todos los libros que existían en Berk. Aunque no eran muchos, para tener solo 10 años era realmente impresionante. Tanto que Gothi la nombró su aprendiz a los 12 años. Un día, mientras acompañaba a su padre a recoger su primera hacha, vio a un vikingo teniendo problemas para avivar el fuego.
Sr. Hofferson: Bocón, ¿estás todo bien?
Bocón: Sí, sí, desde luego. Solo que -empezó a salir mucho humo- es este viejo horno. Ya no es el mismo de antes. No sé qué le pasa; llevo semanas sin poder trabajar bien.
Hicca: ¿Me permitiría verlo?
Bocón, algo sorprendido por la voz, se inclinó para mirar hacia abajo.
Bocón: Pues inténtalo-sin pensarlo mucho, Hicca se acercó a examinar- Pero te aseguro que...
Hicca: ¡Lo encontré! -dijo, impactando a ambos vikingos- Era esto. -sacó un viejo pedazo de hierro del horno- Leí en un libro que si un horno no funciona correctamente es porque está quemando algo que no debe, o porque tiene fugas. La estructura se veía bien, así que asumí que el problema era en el interior.
Bocón: No está nada mal, niña. Oye, ¿qué te parecería aprender de herrería con este viejo vikingo?
La niña reaccionó emocionada, ya que le encantaba aprender cosas nuevas, y miró a su padre esperanzada.
Sr. Hofferson: ¿Estás segura? Entre las clases de Gothi, las de tu madre y la escuela, ¿crees poder con ello?
Hicca: ¡Claro que sí! Soy una berkiana, y lo más importante, soy tu hija. ¡Soy una Hofferson y no hay nada que no podamos hacer!
Su padre sonrió orgulloso. Ella sin duda era la hija perfecta, aunque aún dudaba de si podría con todo. Su expresión lo delataba.
Bocón: No te preocupes por ella. Se nota que es tu hija a kilómetros, claro, solo por el cabello. Aún no me explico de dónde lo sacó.
Todos comenzaron a reír, dos de ellos por costumbre y una porque no entendió del todo el momento pero decidió seguir la corriente. Todo parecía perfecto en Berk, a excepción de las plagas que aún no lograban erradicar.

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UNA VIDA DIFERENTE
FanfictionUna historia donde hiccan y asther son intercambiados al nacer y ahora asther Haddock Abadejo III es el hijo del jefe y hiccan Hofferson es solo una Herrera.