Capitulo Uno. Conociéndote

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El día de hoy no era para nada normal en Berck, y no era por decirlo menos, el día de hoy era el cumpleaños del hijo del jefe. Para celebrarlo como todos los años, se organiza una gran fiesta en el salón en la cual todo el pueblo está invitado, y cada familia envía regalos al joven heredero.

Aunque solo unos pocos lo saben, ese día también es el cumpleaños de una joven que pocos notan y a la que casi nadie le presta atención por ser frágil y propensa a accidentes. Así es Hicca Hofferson. A pesar de que siempre destacaba en lo académico, en batalla era algo torpe. Sin embargo, esto no significaba que no supiera pelear; era ágil y estratégica, aunque en Berck se apreciaba más la fuerza que la inteligencia.

Pero volviendo al tema, ella siempre ha celebrado su cumpleaños casi sola. No porque no tenga amigos, sino porque ese día todas las familias van a la fiesta del hijo del jefe, y cada niño debe ir por orden de sus padres. Cada familia asiste ese día solo para quedar bien con el jefe y el futuro heredero. Aunque los padres de Hicca siempre pasaban el cumpleaños con su hija, asegurándose de que ella sintiera su amor y apoyo incondicional.

Sra. Hofferson: Buenos días, cariño. Despierta, ¡felices 13 años! -dijo mientras abría las cortinas del cuarto de Hicca.

Hicca: Mamá, cierra las cortinas, anoche trabajé hasta tarde con Bocón.

Sra. Hofferson: Hicca, te recuerdo que hoy tienes una práctica con Gothi. Además, prometiste ayudar a Patapez a reorganizar la biblioteca de la escuela y quedaste con tu padre para llevar los suministros a la parte baja de la aldea por la tarde.

Hicca: ¿En serio tengo que hacer todo eso? Anoche no dormí nada por terminar un sinfín de armas.

La señora Hofferson miró a su hija con una mirada de "te lo dije, era mucho trabajo", aunque eso solo alentó a Hicca a levantarse de la cama y alistarse para salir.

Sra. Hofferson: Eso nunca falla.

Mientras tanto, en el comedor, Hicca recordaba la mala noche que pasó. Había estado en la forja con Bocón hasta altas horas de la madrugada, terminando de pulir y ajustar las armas que los guerreros de Berck.

Flashback

Ya eran más de las doce de la noche, pero Hicca se encontraba trabajando en una hacha, hecha con el mejor acero de Berck y un mango de cuero traído de tierras lejanas, cortesía del mercader Johann, como obsequio para el heredero de Berck.

Bocón: Vamos, Hicca, necesitamos terminar esto hoy. El jefe me pidió que llevara estas armas a primera hora de la mañana.

Hicca: Lo sé, Bocón, es solo que llevo trabajando todo el día en este calor, de pie y cubierta de carbón.

Bocón: Lo sé, pero toma en cuenta que estas armas deben ser perfectas, son para el hijo del jefe.

Hicca: Para ese cretino...

Bocón: ¡Ey! Cuida lo que dices -gritó.

Hicca se asustó y dejó caer la herramienta que estaba usando, la cual cayó sobre el hacha, provocando una rayadura mínima.

Bocón: Lo siento, es solo que ayer, Spitelout...

Hicca: ¿El padre de Patán?

Bocón: El mismo.

Hicca: ¿Qué pasó con él?

Bocón: Pues ayer estábamos en el gran salón y empezó a hablar mal sobre Astrid, y Estoico no se lo tomó nada bien. Lo lanzó al ruedo y liberó al Cremallerus Espantosus.

Hicca: Ves, eso es de lo que estoy hablando. Todo el pueblo sufre debido a las injusticias de Estoico.

Bocón: Esas no son injusticias, él cuida de su hijo.

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