Capítulo 3

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Esta historia no me pertenece, es una traducción. El autor original es Bertoti, usuario de Fanfiction.

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La Corporación Cápsula solía ser brillante, feliz y llena de recuerdos dignos de un hogar. Parado frente a este lugar, Vegeta ya no tuvo la misma visión. Todo parecía... vacío y gris, lejos de recordar lo que solía ser.

Casi como si se tratara de las ruinas de un planeta destruido por su propia mano, la aclamada casa no era más que un recordatorio constante de lo que se había perdido.

—¿Vegeta?

La señora Brief regó sus flores como lo hacía habitualmente, tratando de no pensar en su hija y su nieto pequeños que ya no estaban y fallando cada vez que veía pétalos azules reflejando la luz de las gotas de agua que no podía distinguir de la regadera ni de su ojos.

En medio de este habitual lamento, alguien familiar regresó para sacarla de su momento de autocompasión.

Mientras que su yerno, que había estado desaparecido durante meses, parecía extrañamente joven, mucho más joven de lo habitual, la expresión de ese rostro normalmente cerrado era innegablemente melancólica y perdida.

Un rasgo que todos los que vinieron de visita después de la muerte de Bulma y Trunks tenían en común.

Vegeta no había notado la presencia de esta mujer hasta que lo llamaron, más distraído de lo que se permitía estar cuando no estaba peleando.

Este lugar lo conmovió de la peor manera posible.

La madre de Bulma, una mujer siempre feliz y sonriente, de quien Vegeta a veces dudaba que fuera terrícola debido a su falta de cambios con el paso del tiempo, finalmente estaba mostrando signos de envejecimiento y tristeza.

El peso de la pérdida debió haber sido tan malo para ella como para él.

—N-No me digas que tú... —la señora Brief temía lo peor, sin saber qué haría si Vegeta hubiera venido a llevarse a su nieta.

—No, no vine a llevarme a Bulla —Vegeta no necesitó mucho para saber el motivo de este miedo y preocupación, tranquilizando a la abatida mujer antes de desesperarse—. Vine a verla y recoger algunas cosas antes de despedirme.

El alivio la llenó de inmediato, casi incapaz de creer lo que oía.

—Eso significa... —la señora Brief sintió el primer rayo de luz iluminar su mundo destrozado ante esta rara muestra de comprensión por parte de la persona más fría que conocía—. ¿Bulla se queda con nosotros?

—Sí y no —Vegeta dejaría claro lo que pasaría a partir de ese momento—. Bulla se quedará contigo en la Tierra, pero Whis ayudará a cuidarla. Una vez a la semana, la sacará del planeta antes de regresarla dos días después.

Decir que le gustó lo que se dijo sería mentira, pero comparadas con la posibilidad que la perseguía todos los días, estas condiciones eran más que aceptables.

—Está bien —estuvo de acuerdo la señora Brief, más aún al saber quién era Whis y la cercanía que su hija compartía con el ángel guía—. Al final, tú eres su padre. No tengo voz y voto en tus elecciones.

Lo que realmente quiso decir con que no tenía era poder. No había nadie que pudiera detener a Vegeta aparte de Goku. Después de lo sucedido, la señora Brief no quería volver a ver a ese hombre imprudente nunca más.

Vegeta no estuvo exactamente de acuerdo con las palabras dichas, pero no quiso abordar ese tema y entró a la casa que pretendía abandonar pronto.

De toda la casa, la parte que más lo torturaba no era la sala donde jugaba con Trunks o la cocina donde se reunía con todos para compartir las comidas diarias, sino el dormitorio donde dormía.

𝐄𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐥 𝐏𝐫𝐢𝐝𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora