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Bajamos de la limusina y observo la gran mansión, enojada le digo a mi padre que bajaba.
— Te dije que no quería venir.
— Es importante que estés presente, sabes que ahora, el señor Zahin es dueño del casino también. Y negarnos una invitación para cenar, es algo que no se hace.
— Excusas. Bien le fueras dicho que no, y ya.
— ¿Hay algún problema con él?. Te note extraña cuando saliste de la zona VIP, ¿hay algo que no me has dicho?
Los recuerdos de ayer se clavan nuevamente en mi cabeza, pensando en cómo Zahin me trató ayer.
Flashbacks 💨💨
— ¡Suéltame!
Zahin me empuja con fuerza contra la pared, sus manos firmemente colocadas impiden cualquier movimiento o intento de escape. Su rostro está a escasos centímetros del mío, y su respiración acelerada crea una atmósfera intensa entre nosotros.
— Zahin Alam siempre logra obtener lo que desea, y cuando se trata de una mujer, sus deseos nunca quedan insatisfechos.
— Eres un maldito desquiciado, ¿qué pasa contigo?, ¡Suéltame, Zahin!
— Uf, esas palabras no parecen adecuadas saliendo de esa boquita tan hermosa.
Forcejeamos, mi cuerpo impaciente, cuando Zahin coloca sus pies enredando los míos, eliminando cualquier posibilidad de escapatoria.
— ¡Qué me sueltes!
Una cachetada recibió de mi parte.
— Puedo olvidar que me levantaste la mano, siempre y cuando cumplas con mis deseos.
Lo empujó y él se aparta de mi.
— No te será tan fácil, latina.
Dice, sobándose la marca que le dejé en su mejilla.
— Yo siempre obtengo lo que quiero, y al precio que sea.
Fin del flashbacks 💨💨
— ¿Hanna?
— No... no paso nada. Solo que no me gusta la actitud de ese árabe. No me da buena espina.
