✦ Capítulo 9 ✦

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Finalmente llegó la mañana del sábado. Roier abrió los ojos con pereza; en verdad no quería hacerlo, se sentía en las nubes: Era muy cálido, muy suave, muy... ¿Vivo? Al mirar aquello que estaba abrazando (Que también lo abrazaba a él) saltó de la sorpresa (Y de la vergüenza) más no se movió realmente, solo observó al mayor por un momento. En verdad debía admitir que a pesar que las acciones de Cellbit no fueran del todo moralmente correctas (Tal vez no lo eran en lo absoluto) tenía pequeñas acciones con él que le demostraban que había algo más: Un verdadero sentimiento. Mientras reflexionaba sobre ello, Roier miró a su repentinamente novio (Aún no podía creer que lo fuera) y definitivamente no podía negar que aquel hombre era bastante guapo; Observó su marcada mandíbula y su perfecto perfil, largas pestañas decoraban sus ojos cerrados y su pelo caía suavemente contra su frente y sus labios... A Roier lo recorría un cosquilleo en su cuerpo cuando los miraba, como si realmente quisiera hacer algo más con ellos que observarlos.

Roier en verdad sentía que estaba jodidísimo: Se sentía débil ante Lange. Pero no de la manera en la que siempre se había sentido, sino que esta vez era una sensación completamente diferente: Confusión y alguna especie de afecto extraño se combinaban para formar la sensación constante que el joven tenía cuando se encontraba junto a aquel profesor. ¿Cómo es que se podía tener una sensación así por alguien que desde un inicio demostró ser un pedazo de basura? Roier supuso que fueron las acciones de después las que hicieron que ese sentimiento lo invadiera... odiaba sentirse así, pero no podía evitarlo. Un poco molesto consigo mismo, se acurrucó en los fuertes brazos de aquel hombre: En verdad sentía que podría morir allí en ese mismo momento y no se arrepentiría en lo absoluto, era muy cálido y cómodo. Aparentemente esto despertó al mayor, quien sin que Roier se percatara, lo observaba acurrucarse y aferrarse a él. Sonrió.

- ¿Estás cómodo? - Preguntó Cellbit, con una voz ronca al estar recién levantado - Buenos días. Puedes subirte encima de mí si la distancia entre nosotros no es lo suficientemente escasa.

Roier se asustó y se alejó rápidamente (No demasiado, pues Cellbit aún lo abrazaba). Miró a Cellbit, pero articular alguna palabra le era casi imposible debido a la vergüenza. Cellbit sonrió.

- Se dice "Buenos días", guapito - Dijo Cellbit, mientras atraía a Roier nuevamente hacia él, abrazándolo. Roier estaba algo tenso, Cellbit besó su frente.

- Buenos días... - Susurró finalmente Roier, relajando un poco su cuerpo: Aquel pequeño beso fue suficiente para que se derritiera y su cara se pusiera aún más roja- ¿Qué haremos hoy? 

- Ir a la playa, por supuesto ¿O quieres hacer otra cosa? - Cellbit tenía su rostro metido en el cabello de Roier mientras lo abrazaba, su tono era tranquilo y bajo, casi un susurro. Besaba los cabellos de Roier mientras esperaba una respuesta. Roier estaba dudando por qué ese hombre repentinamente estaba tan amoroso y meloso.

- La playa está bien, me gusta - Dijo Roier, dejándose mimar por Cellbit, hablando en un tono suave - Tengo un poco de hambre.

Cellbit se incorporó suavemente, pero al segundo se arrepintió y volvió a tomar la posición: "Solo un minuto más" le susurró a Roier al oído, casi de forma inaudible. Luego de exactamente un minuto esta vez se incorporó completamente, con cuidado de no molestar a Roier, quien aún se acurrucaba en la cama mientras observaba al mayor. 

- Espérame aquí, ya vuelvo - Dijo Cellbit. Roier no podía dejar de verlo mientras este caminaba hacia la puerta. 

Pasaron unos quince minutos en los que Roier tomó su celular y se dedico a ver que tenía veintitrés llamadas perdidas de su padre Foolish y un mensaje de su padre Vegetta que decía "¿Cómo las estás pasando? Manda un emoji de unicornio si estás a salvo y dos si estás en peligro" Roier rio ante las ocurrencias de su padre Vegetta. Aprovechó ese rato para llamar a su padre Foolish, quien entre llanto y sollozos le reclamaba y le advertía que nunca más hiciera eso, que estaba preocupado. Se escuchaba como Vegetta lo consolaba atrás y le daba algunos besos en sus mejillas. Finalmente Foolish ya estaba más tranquilo y le dijo a Roier que disfrute el viaje, pero que se mantenga en contacto y mande fotos. Cuando estaba sacando una foto de la habitación para mandárselas a sus padres, entró Cellbit, quien inevitablemente salió en la foto.

Entre bambalinas - GuapoDuoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora