Tierra de Luna

18 2 0
                                    

El opaco azul y niebla tiñen el cielo,
regalándole una ligera nostalgia
al necio amor y, pequeña sabiduría,
a represalias, el cerebro toma mando.
Las alas blancas cantoras  pueblan
en las oscuridad de los árboles
y los grillos, cantan felices
ante el resplandor lunar.

Yo sentada en mi silla,
en medio de sombras y
diminutos resplandores,
con ansias a la confesión
de aquellas ingenuas aves.

Estrellas fugaces iluminan mis pequeñas pupilas,
el punto más fuerte observando allá,
en aquella tierra fresca y pálida,
lleno mis pulmones de juicio,
para dejarte mi corazón y que vuele mi alma.

Acómodame El Alma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora