Un zarco terriblemente incitante

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"¡Esos ojos! Y es que sí. Aquellos ojos eran azules, un azul terriblemente incitante, de esos que te producen unas ganas de sumergirte y nunca más emerger a la superficie.

¡Es que su profundidad es tan clara y transparente! Son dos lagos libres de culpa y ansiosos de deseo.

Podría jurar que sin entrar en ellos, encontraría las más grandes de las maravillas del mundo, esas que uno solo lee en los libros y ansía poseer.

Pues a pesar de haber siete mares: un mar rojo que conduce a la muerte, un mar frío que te congela el corazón, un mar negro que te contamina el alma,  otro dorado avaricioso por el oro, dos que hacen que te pierdas  y finalmente, esté que es azul de espontaneidad y magnificencia.

<<No sé qué haría el día que mi fuente azul de vida sea absorbida por la tierra y se lleve consigo todas mis primaveras al más allá>>"

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