"𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐕𝐈"

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“Respira y Concéntrate”

BLAIR

Tenía la mano puesta en el manillar de la puerta cuando por suerte o desgracia una llamada telefónica me hizo saltar sobre el asiento.

Miré con expresión atónita la palabra Mamá iluminada en la parte superior de la pantalla. Beatriz Hanks no era una mujer muy expresiva o comunicativa, por tanto y demás, la llamada me preocupó, si me estaba llamando era porque algo no estaba bien.

—¿Mamá? —respondí rápidamente

—Blair ¿cómo estás? ¿todo bien? —sonaba rara

—Si... ¿Sucede algo?

—¿Te enteraste de lo que sucedió? ¿Madison habló contigo?

—No ¿que pasó, mamá? Me estás asustando.

—Su padre, Blair. El señor Walter tuvo un accidente automovilístico, está en terapia intensiva... Supuse que Madison no tuvo tiempo de llamarte, así que lo hice yo.

Mi boca se abrió ligeramente sin poder creer lo que mi madre me estaba contando. Desde pequeña crecí en un ambiente poco acogedor ya que mi madre se la pasaba trabajando y apenas podía pasar tiempo conmigo, era ganar dinero o morir de hambre. Carecía de un padre ya que murió poco antes de que yo naciera o eso me dijo ella para evitar el tema.

Por ello, siempre estaba junto a Madison en su casa, junto a sus padres y su hermano Mylor. Ahí me brindaron cariño y me trataron con una más de la familia. Le tomé aprecio a todos los integrantes, incluyendo al pequeño Puppy —el perro de Mads —. El sr Walter siempre fue el más dulce de la familia, me compraba galletas y me consentía como a la misma Mads o Mylor.

Por eso, siento que la noticia ha calado muy profundo dentro de mí, removiendo sentimientos y emociones que hacen que comience a doler.

—Viajaré a Billtown lo antes posible, no pienso quedarme aquí sabiendo su estado de salud. —admití poniendo en marcha el auto.

Me la sudaba que Maine Knovab estuviera dentro del cementerio, incluso me daba igual que tuviera ahí dentro al mismísimo obispo saltando a la comba, en este preciso instante todo para mí, pasó a un segundo lugar.

—Blair relájate ¿vale? No quiero que te alteres, pide permiso y vente lo antes posible pero cuidado, que sé perfectamente cómo te pones cuando una situación no está en tus manos.

Mi madre me conocía, por gusto no me había parido. Yo siempre he tenido una personalidad muy versátil. Puedo ser curiosa y a la vez callada, empollona o distraída. Al igual que cuando no tengo control sobre algo y veo que puede desequilibrarme, me altero, mis alarmas suenan y pierdo el control de mí misma. Me ha sucedido varias veces y no es nada que esté orgullosa de tratar.

Llegué a mi piso en un dos por tres y cogí la maleta pequeña par echar las cosas más necesarias. Me encontré respirando agitada y sudando. Tenía miedo, mucho miedo. El sr Walter era la figura paterna que nunca tuve en mi vida, el adoptó ese puesto sin que nadie se lo pidiera, por pura voluntad. La idea de que le ocurra algo me descoloca y solamente pensar en como se debe encontrar Mads, me destroza.

Llamo a la universidad para explicarle mis futuras ausencias y pedir un permiso para viajar y justificar mis inasistencias. Marco varias veces al móvil de Mads pero no contesta, es muy posible que ni lo lleve cerca.

Después de dejar el piso lo más seguro posible, me marcho a la estación para tomar el Acela¹ que me lleva directamente hacia Billtown. El ajetreo se me hace un poco pesado y las piernas a cada rato me fallan. Llega la hora de subir al tren y lo hago tan rápido como puedo. Cuando ya todos los pasajeros están dentro, se pone en marcha. La velocidad que toma es impresionante, por lo tanto, en poco tiempo ya estoy entrando en Billtown.

"El Caso Imposible De Los Wood"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora