Esa tarde sería un momento de diversión familiar, todos ya estaban listos para ir al parque de diversiones. La música en el auto era para el gusto de todos, incluso Marce la cantaba como si le hubieran roto el corazón.
"Another Love - Tom Odell"
Pepito solo sonrió, la abrazó por su hombros y cantó junto a ella, como si ambos estuvieran sufriendo. Jennie y Lisa sonrieron con ternura al verlos por el espejo retrovisor, eso también lo hacían ellas.
Todos comenzaron a cantar en voz alta.
_¡Y quiero llorar, quiero enamorarme! ¡Pero todas mis lágrimas se han agotado! ¡En otro amor, otro amor!
¡Todas mis lágrimas han sido usadas! ¡En otro amor, otro amor!Al llegar al parque de diversiones, los menores no tardaron en correr a hacer fila para la montaña rusa. Al tener ese gusto por la adrenalina al ser mitad animal, era su juego favorito.
Pasarían primero juntos, luego cada uno tenía permitido jugar lo que quisiera. A los pocos minutos, por tener brazalete vip, toda la familia gritaban emocionados por la caída. Todos rieron cuando los lentes de Pepito salieron volando.
_Está hermosa - Lisa admiraba la foto, todos salían divirtiéndose, realmente amaba a su familia.
_Tengo hambre - comentó Félix. Todos asintieron de inmediato.
Al poco tiempo, la mesa en dónde la familia estaba, se llenaba de un pollo completo para cada uno. Todos al rededor miraban sorprendidos, menos Marce, ella ya estaba acostumbrada y tenía solo una pierna porque era lo que había pedido.
Leo comenzó a devorar el pollo como si se lo fueran a quitar, el resto comía a grandes bocados y Marce comía tranquila. Ni siquiera habían pasado diez minutos y ya se lo había acabado, de inmediato trajeron nuevos platos, Marce seguía con el suyo.
Al pasar más juegos en familia, cada quien se fue a lo suyo, otros a seguir comiendo, otros a juegos tranquilos y otros a experimentar la adrenalina. Lisa y Pepito habían tenido la mala idea de entrar juntos a la competencia de resistencia en barra. Ambos eran muy competitivos y querían ganar ese gran peluche para su pareja.
Jennie y Marce esperaban sentadas en el suelo junto a Leo, ya había pasado media hora y ellos seguían colgados. Incluso el que atendía trató ya se estaba aburriendo.
_Lisa, deja que nuestro hijo gane. No importa, vamos a otro juego - Jennie pidió con aburrimiento.
_No, tú querías ese peluche - respondió decidida.
_Entonces tú, Pepe - agregó Marce - es más, ya no quiero el peluche.
_Sé que lo quieres - respondió el castaño - te gustan los peluches de cerdo y lo tendrás, así me quede toda la noche.
Ambas suspiraron y se pusieron de pie, si esos dos iban a ser así tercos, pues que se queden, ellas se van a ir a disfrutar.
_Nos vemos en una hora en el auto - avisó Jennie.
_¿Quiere un helado, suegrita? - preguntó Marce al ya estar lejos.
_¿Tú invitas? - la menor asintió - entonces quiero de un litro. ¿Tú también quieres un litro, cariño? - preguntó a Leo quien sostenía su mano.
_Solo un cono - pidió.
_¿De lúcuma? - preguntó Marce a Leo, él asintió - por eso me agradas.
Al poco tiempo comían su helado sentados en una banca, conversaban tranquilamente y Leo solo escuchaba.
_¿Llevan veintitrés años juntas? - Marce estaba sorprendida.
_Y fue mi primera novia - Jennie rió levemente - lo que Lisa no sabe, es que ese día tenía una cita y no fuí porque ella se convirtió en lobo cuando quería bañarla. Después de eso no estaba tan animada a salir. Pero me alegra que así haya sido, ese chico se enojó tanto porque le cancelé la cita, hasta llegó a insultarme. Se veía tan amable, ahora sé que solo era una fachada.