Capitulo 3: La cena

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"Verás Denji, una mujer siempre utilizará su físico como una herramienta para la seducción, vestidos que resalten, miradas coquetas, etc. Todo esto a fin de obtener algo de interés. Ten en cuenta que de forma sutil trataran de insinuarse para que caigas en su juego" Era lo que explicaba una mujer completamente desnuda al lado de aquel joven niño de 15 años, que este solo miraba al cielo escuchando lo que esta decía.

- ¿Por qué vienes a ese tema justo ahora? Como si quisiera hoy en día una novia. – Respondía el joven, confuso pero acostumbrado a sus repentinas explicaciones.

Esta solo tomó sus lentes que estaban apoyados sobre un pequeño mueble, para volver a acomodarse al lado de aquel peli cenizo. Tomándolo del mentón y haciéndolo verse a los ojos.

- Desconocemos los caminos de la vida, puede ser que alguna vez salgas de la pobreza. Y conozcas a una mujer al cual tengas algo. – Respondía esta, alzando su dedo índice como una nerd, aunque esta si lo era.

Y es que de entre tantas personas al cual Denji era pagado por satisfacer. La única que solía hablar y tener un trato más humano era esta. Una mujer científica e investigadora biológica de demonios, con un lenguaje tan profesional.

Pero que poco y nada solía entender Denji, aunque la escuchaba atentamente. Era un lenguaje diferente, casi extraterrestre a lo que pensaba este de lo que decía.

Su apariencia era una sin igual, contado con grandes atributos físicos; pechos grandes, cintura pequeña, de gran trasero y muslos. Su pelo rojo viviente con su mirada azul cristal la hacían una mujer codiciada. Su mandíbula estaba muy definida, junto con sus elegantes lentes que combinaban con su pelo, la hacían ver la mujer perfecta.

- Te deben llover tantos hombres, y, sin embargo, estas pagando por servicios de acompañantes sexuales. - Respondía este desinteresado y confundido, mientras miraba al techo. Siendo que siempre se quedaba con más tiempo con esta mujer por insistencia de esta.

- Hay Denji, Denji, Denji... - decía esta con una sonrisa, apoyándose sobre su propio brazo. – los hombres con los que me crucé, solo veían una mujer voluptuosa con una apariencia que provocaba excitación de apenas verlo. Pero luego de eso, no les interesa nada más de alguien que con 23 años ya hizo su propia vida.

Prefiero pagar a un joven prostituto, que, aunque sé que no me entiende, tiene la voluntad de escucharme. – Terminó de decir, mientras pasaba su dedo sobre el mentón de este, al cual causó un pequeño sonrojo mientras su mirada se mantenía sobre el techo.

- E-entiendo. – Fue lo único que pudo decir ante sus palabras, siendo una respuesta muy poca esperada. –

- después de esto tengo que viajar lejos a seguir con mis investigaciones de los híbridos y poseídos, por lo tanto, en este tiempo no me volverás a ver. - decía cambiando su risa en un semblante serio. - eso no cambiará que cuando vuelva te daré una visita, así que trata de pagar tu deuda cuanto antes. -

- trataré, aunque no prometo nada. Es más probable que muera con la deuda, y no que pueda pagarla. – Decía seriamente Denji, mientras veía en el suelo a Pochita durmiendo plácidamente, cerca de él había una carpeta llena de hojas, perteneciente de aquella científica. Por más que tratase, sentía una sensación de tristeza al saber que posiblemente nunca podría cumplir su promesa con Pochita de vivir una vida mejor, con mejores lujos y comidas.

La chica notó este último gesto, lo que lo hacía más interesante.

Personalidad fría, pero aún tenía rasgos sentimentales y afecto, veía que pese a los sucesos

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