El Contrato

Capitulo 1: Nueva vida

- Se dice que el demonio zombi pudo de hacerse con una parte enorme de personas y convertirlas en parte de su horda. – Decía una mujer, subiendo a la parte de atrás de un auto. – Sea lo que sea, debemos estar preparado, ante todo.

- Afirmativo, me aseguraré de que no quede nada de él. – Respondía un hombre, subiéndose al asiento del conductor. –

- Ante algún problema, puedo llamar a zorro. – decía otro hombre, subiéndose en el asiento acompañante. –

- Y-yo también t-trataré de hacer algo. – Decía otra mujer, con cierto tono de miedo mientras se subía a los asientos de atrás.

El sol apenas comenzaba a salir, estando estas personas en un viaje con una misión... cazar demonios.

Se denotaba profesionalidad en sus formas de hablar, listos para cualquier acontecimiento.

Para ellos era algo de todos los días.

A medida que avanzaban, preparaban sus mentes para cualquier acontecimiento que pudiese pasar sobre estos.

Siendo que en la situación que ellos estaban, podían morir en cualquier momento.

Sin esperar que su presa ya fue cazada.

En otra parte, en una zona abandonada, había pasado una matanza y masacre enorme, donde la escena estaba cubierta de sangre, montones de cuerpos junto a uno gigante que estaba cortado a la mitad.

Nadie sabría que habría pasado, porque dicho escenario mostraba no dejar supervivientes ni testigos.

Excepto dos seres que estaban ahí.

Un pequeño demonio con una motosierra en la cabeza de apariencia tierna e inocente.

Y un joven de 16 años, encontrado en el suelo.

Sin saber que estaba pasando, jurando que era su mente jodiendole de manera brutal por el poco sueño y todos los eventos antes del que se encontraba.

- No... No puedo creerlo ¿acaso perdí la cabeza? – decía el peli cenizo, apoyando su cabeza sobre su mano con confusión.

- de hecho, si, desde hace mucho que fue lo primero que perdiste. Y perdiste tanto que despedazaste a los que antes fueron personas que pese a todo te querían. – decía con total frialdad este, mientras lo miraba fijo. –

- ¿Cómo es que sigo vivo? – se preguntaba Denji, observando sus manos y el resto de su cuerpo. – Se supone que debería de estar muerto.

- Mucho antes que saliéramos de casa, había notado que poco a poco morías. Había ideado un plan para curar tus heridas y enfermedad en tu corazón. Tomando riesgos y recuerdos sobre ciencia, Logre conectar una parte de mí sobre tu brazo, navegando por tu torrente sanguíneo hasta tu corazón. Evité tu muerte y junto a eso; recuperé incluso lo que vendiste.

Esa explicación cerraba mucho más sus razones de vivir, recordaba que incluso sentía pequeños dolores en su pecho cuando corría de forma exagerada o se exigía como lo hizo en el combate contra el demonio zombi, sabía que después de cada enfrentamiento sentía pequeños dolores en su pecho que molestaba.

Siendo ahora que no lo sentía, y encima haber recuperado su vista tal cual dijo.

Aunque para comprobar, se agarró de entre sus pantalones solo para comprobar que si... había dos huevos, no uno solo.

- ¿Cómo hiciste para que ahora pueda entender lo que dices? – Tenia demasiadas dudas aun Denji, casi como si se hubiese abierto un libro completo de nuevas dudas de todo.