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Me gusta estar solo, pero odio sentirme solo. Creo que pocas personas realmente entendemos esta frase, es difícil de explicar quienes somos exactamente. Somos aquellos que preferimos quedarnos algún sábado por la tarde en casa ya que no nos apetece socializar, aquellos a los que nos gusta pintar, escribir,... sin ningún tipo de compañía e incluso aquellos que disfrutamos más dando un paseo a solas que con un grupo de personas grande.

  No he podido evitar pensar esta reflexión en una de las asignaturas más aburridas que tengo, derecho internacional público, por no decir que todas son aburridas. Es curioso, porque ahora mismo estoy en una sala de la universidad rodeado de muchísima gente, sin embargo, no puedo sentirme más solo, y eso no me gusta nada... Tengo algunos amigos pero no los siento, sin duda no les contaría ningún secreto mío.

  Al terminar la clase voy charlando con un par de compañeros a la estación de buses, son agradables pero cuando estoy con ellos solo hablamos de deportes, lo cual termina siendo aburrido para mí. Me despido y subo a mi autobús, los miércoles termino antes de lo habitual y por eso el autobús está mil veces más vacío, me siento al fondo del todo donde no hay nadie y me quedo mirando por la ventana el resto del viaje. Es muy agradable tener tiempo para mí.

  En casa como sobras de la nevera y paso el resto de la tarde estudiando horas y horas, ser estudiante de derecho no es nada fácil y menos cuando es una carrera que ni siquiera te gusta, por esto suelo tardar más en memorizar conceptos que la mayoría de mis compañeros. Habría preferido estudiar algo como literatura o historia, pero mi padre no me dejó, tal vez cuando sea adulto pueda estudiarlo.

  Al terminar, ya es tarde, así que ceno con mis padres.

- ¿Qué tal te ves este curso, hijo? Para mi segundo fue el más fácil.-Me comenta mi padre.

- Bien, yo lo veo como primero.

- ¿Y cómo ha ido tu día Nolan?- Pregunta mi madre.

- Sin más, un día más, supongo.

  La conversación no va mucho más allá, este tipo de charlas me aburren. Como siempre, mi madre recoge la mesa, siempre que tengo tiempo la ayudo pero mi padre nunca lo hace. Me molesta. Mi padre es muy machista, le quiero mucho pero odio eso de él, siempre deja todas las tareas de casa para ella, ¡incluso meter su propia ropa al cesto!

  Como no consigo dormirme saco uno de mis álbumes de fotos de cuando era pequeño, me resulta relajante verlos. Deslizo la primera página y me encuentro una foto mía en una moto de juguete. Sonrio. La siguiente foto que veo es una de cuando tenía ocho años, aparezco jugando al ajedrez con mi padre, en esa época teníamos muchas cosas en común. Otra que veo es una foto mía con la cara manchada de pintura, más feliz que nunca. Recordar momentos así me hace sentir bien, me hace sentir en paz.

  Sigo viendo las fotos hasta que me quedo dormido.

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Hasta aquí el primer cap!! Os recuerdo que es un relato dividido en varias partes así que los caps serán muy cortitos.

Se que no es especialmente interesante, pero poco a poco cuando vayáis leyendo más y leáis el final entenderéis el significado :)

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Desamparado || Relato completoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora