Capitulo 34 | Cicatrices

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Llegué a mi casa después de aquella boda que me hizo volver a recobrar mis sentidos.

Cerré la puerta detrás de mí, e inmediatamente el rastro de felicidad que me quedaba se fue.

¿Eso era un bebé?

Mi padre estaba con una mujer en la casa, sosteniendo a un bebé en brazos...

-¿Oliver?

-¿Alice? -dio media vuelta, sorprendido -¿Qué estás haciendo aquí?

-¿No te has presentado desde mi cumpleaños y eso es todo lo que tienes para decirme? -volteé de nuevo al bulto que sostenía la mujer

-¿Qué estás haciendo tú aquí?

-¿Nos das un momento?

-Te dije que esto pasaría -miró con tristeza a Oliver -Prometiste que...

-¡Dije que nos dieras un maldito segundo! -volvió a gritar, haciendo que la mujer no dudara en irse de inmediato.

-Es ella, ¿verdad? -dije, siguiéndola con la mirada antes de que desapareciera -Con quien has estado engañando a mi mamá.

-Su nombre es Alexa -murmuró inseguro -Por favor, no le digas a tu madre.

-¿Ese bebé es tuyo?

-Es... es una larga historia.

-Tengo tiempo de sobra -afirmé mientras mordía ligeramente mi labio -Y me debes una explicación.

-Trabajé con ella, éramos amigos -explicó -Después las cosas se prestaron para algo más. No teníamos idea de que eso pasaría porque... ella también está casada.

-¿¡Qué pasa por tu cabeza, Oliver!?

-Ya te lo dije... las cosas pasaron por sí solas.

-Y además de eso, decidiste abandonar a tu familia para formar otra...

-Mi intención nunca fue dejarlas, pero descubrimos que Alexa estaba embarazada y después de eso, su esposo supo que teníamos algo, se negó a hacerse cargo del bebé.

-¿Entonces nos dejaste para criar al bebé de otra persona? ¿Crees que eso hace que las cosas sean mejor?

-Tu madre y yo no estamos bien desde hace tiempo -poco a poco, apretó sus puños mientras elevaba la voz -¡Y cuándo me acerco a ella, se aleja!

-¡Tal vez porque la engañaste con alguien más!

-¡Alexa es una mujer fácil que abre las piernas sin que se lo tenga que pedir! -volvió a gritar -Tu madre es una maldita difícil.

Todo mi alrededor se detuvo cuando esas palabras salieron de su boca.

El dolor de nuevo se había apoderado de mi cuerpo.

No podía creer que la persona que tenía frente a mí, era mi padre...

¿Qué le había pasado?

No era el mismo papá que tenía cuando era una niña.

Me sentía enojada.

Furiosa con el mismo hombre que me había traído al mundo.

El mismo que se suponía que debía amarme incondicionalmente.

Un inmenso calor febril comenzó a quemarme la piel, mis ojos comenzaron a parpadear, intentando borrar las lágrimas que los llenaban.

Esas lágrimas no eran por mí, eran por mi mamá.

-¿¡Cómo te atreves a hablar así de mi madre!? -hablé entre dientes sin poder contener mi enojo -¿Tienes idea de lo mucho que ha sufrido?

-La amo. Siempre lo haré.

JUGADOR PERFECTO | Neymar JrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora