VI.

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Otoño llegó a su fulgor. Las hojas del sauce boxeador bajo el que tío Remus se refugiaba cayeron, y él una vez más, sufrió bajo el resplandor de luna llena en soledad.

A pesar de que sabía bien que contaba con mi total apoyo había veces en las que sentía que eso no era suficiente. Y como era de esperarse; no pude salirlo a buscar el día después de luna llena como ya era tradición.

Lupin había dicho que como parte de las condiciones que aceptó para enseñar en Hogwarts, el profesor Snape lo dotaba de "Poción matalobos", también había dicho que aunque no podía evitar la transformación, era capaz de conservar la conciencia. Pero eso tampoco evitaba que él saliera herido, como esta vez.

Y gracias a su ausencia tuve que ver más seguido al profesor Snape, ya que él se encargaría de suplirlo. Así que, resignada, tuve que ver el doble de tiempo al némesis de mi padre en sus tiempos dorados.

—Página 394

Hombres lobo.

Maldito descarado.

Me retorcí en mi lugar tratando de no lanzarme contra él. Y para fortuna mía, yo era su blanco esta vez.

—... Podría matar a su mejor amigo...

Hermione tenía razón, alguien maldito como Lupin podía cometer algo tan inhumano, pero no intencionalmente, pero claro, alguien como Snape jamás lo reconocería.

—Es la segunda vez que habla sin permiso, no puede contenerse o se siente orgullosa de ser la insoportable sabelotodo... 5 puntos menos Griffindor.

Y en definitiva alguien como él no podía llegarle a los talones a alguien como Remus Lupin.

Mi puño golpeó la mesa frente a mí, y por supuesto que no pasó desapercibida para el nefasto hombre.

—Señorita Black, ¿Algo que agregar?

Le dediqué una sonrisa sin ganas.

—No tengo nada más que decir sobre los hombres lobo, Granger ha dicho todo lo que se sabe de ellos al pie de la letra. Pero puedo hablar de los animagos.

Snape asintió en mi dirección, que interpreté como un "continue"

—Ser un animago implica tener la habilidad de transformarse en un animal de manera voluntaria y conservando el razonamiento. La forma no es elegida por el mago, es su personalidad la que definirá en que animal se transformará, y es por eso que está relacionado con el encantamiento Patronus: porque son los rasgos internos de cada persona lo que lo determina.

—Correcto... ¿Y qué me puede decir de las responsabilidades de ser un animago?

—Debido a que esta habilidad también puede usarse para fines no muy legales, cualquier animago debe registrarse ante el Ministerio de Magia, informando cualquier característica que pueda ayudar a identificarlo. Y a decir verdad, hay menos magos de los que se podría imaginar capaces de poder lograr esta habilidad, además de que el proceso es demasiado complejo ya que...

—Gracias señorita Black, es más que suficiente. Lo demás tendrá que ser investigado por sus compañeros en vista de su ignorancia, quiero el lunes en mi escritorio dos pergaminos sobre los hombres lobo haciendo énfasis en cómo diferenciarlos de los animagos.

Solté un suspiro que fue opacado por la desaprobación total de todos en ese aula.

—Jugaremos Quidditch mañana —intervino Potter.

—Le sugiero que tenga extremo cuidado señor Potter, si se lastima un hueso no será una excusa —dijo Snape abalanzándose sobre Harry —Y tampoco para usted señorita Black.

Snakes' SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora