Prólogo

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Flotando en la nada misma había un joven con la mirada sin vida y una piel pálida, había una silueta que brillaba con gran fulgor mirando al cuerpo del joven


En ese instante despierta de un salto golpeándose contra el techo con fuerza, sosteniéndose la cabeza mientras estaba acostado -otra vez- dijo mientras decidía levantarse y salir de su habitación, con pasos erráticos fue hasta la cocina para tomar un vaso de agua, -Que sucedió anoche- diría mientras bebía todo el vaso de un trago, de un momento a otro su mente no podía dejar de recordar esa recurrente pesadilla que tenía, golpeó su cabeza mientras decía -Fuera de mi cabeza-.
En lo que caminaba en dirección a la sala de estar alguien llama a la puerta,  gira su cabeza en dirección a la entrada de la pequeña cabaña y se acerca caminando de una forma que lo hace parecer un zombi hasta la puerta para posteriormente jalar del picaporte.
-Hola, buenos días- diría una mujer besándole en la mejilla al joven, este consternado sin entender lo que sucedía tomo aire y le hablo –Disculpa, mi cabeza me da vueltas y no puedo recordar quien eres, te importaría refrescarme la memoria?-.

La mujer se daría la vuelta para abofetearlo lo que lo dejaría aun mas extrañado, como le conocía y que hacia ahí, -Soy yo Sara, anoche fuiste a una fiesta y bebiste demasiado, te traje en mi auto y te recosté en tu sillón, no dejabas de mencionar a un tal Ranketsu-.
-Ah sí olvídalo, solo son delirios míos, gracias por traerme Sara- alargaría la inicial de su nombre debido al dolor de cabeza, en lo que se dirige al sofá para recostarse y echar un suspiro.

-Y puedo preguntar porque me besaste?- con una voz suave y débil le hablaría a la joven mujer, -Solo quería devolver el gesto- la mujer le responde aunque eso le deja aún más dudas que antes, aclarándose la garganta en busca de respuestas el joven empieza a interrogar a la mujer –Puedo preguntar cual gesto? Que fue lo que hice anoche? Porque eres tan amable conmigo si soy un desconocido a tus ojos? Porqué me golpeaste?-

La mujer ya cansada de sus preguntas le levanta la voz –PARA DE PREGUNTAR, tu anoche me defendiste de un idiota que me quería seducir, soy amable para devolverte el favor y te golpee porque durante tu borrachera tus manos trataron de meterse donde no debían, es todo-.

-Ahh lamento las molestias, no era necesario traerme hasta mi casa y demás está preguntar como sabías donde vivo?- La mujer con una cara burlona le responde, -No dejabas de repetirlo en tus delirios-. El joven no sabía donde ocultar su vergüenza, nunca había estado en deuda con alguien, tampoco contaba con algún contacto que lo ayudase por si algo sucedía, estaba completamente solo y alejado del mundo.
-Jaja mil disculpas no suelo hablar mucho con la gente y suelo ser un poco paranoico de vez en cuando- Echando un suspiro se dirige a la puerta ya recuperado, -Bueno voy a salir a tomar aire, siéntete como en casa “Sara”- diría sarcásticamente abriendo la puerta para luego salir y cerrar la puerta.

En ese entonces se ve obligado a cubrirse los ojos debido al brillante fulgor del sol, era extraño el brillo que tenía  el sol ese día pero debido al alcohol en su sistema no le dio  importancia. Caminó por un sendero de tierra que pasaba por el costado de su cabaña y conducía hacia el interior de un frondoso bosque, buscaba sombra para poder relajar un poco su vista del sol incandescente, acercándose a un gran árbol que estaba un poco apartado del sendero se sienta y se quita la mano de la cara para poder apreciar el paisaje que tenia enfrente. Dejaba su mano en el suelo disfrutando de la suavidad del césped, en su cara se notaba una sensación de tranquilidad mezclada con felicidad, de repente el clima se enfría y ya no hace tanto calor y un rato después el joven empieza a escuchar pasos que venían corriendo en su dirección, al minuto escuchó a Sara llamarlo -Borracho! Borracho!, ah aquí estás, perdona por llamarte así, no sé tu nombre, hay un señor que te busca, dice ser tu padre- le comentó ella.

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