Harry Potter y la Pizarra Limpia -HIATUS-

Capítulo 11: Eleos

TODAVÍA NO SOY DUEÑO DE HARRY POTTER

¡Sorpresa!

Betcha no pensó que me volverías a ver, ¿verdad? Malas noticias, no puedes deshacerte de mí tan fácilmente.

Sin embargo, para darse cuenta, gracias por todo el amor que has estado dando a este fic en mi ausencia. Tenía un bloque de escritura de monstruos, y probablemente he escrito alrededor de 300k palabras en otras imágenes para superarlo. Si quieres oír hablar de ellos, estará en la AN, pero no te aburriré con los detalles en este momento. Ah, y también he estado entrenando para unirme a los militares, así que hay eso.

"Deja de balbucear, no nos importa!" La multitud grita. Bueno, sí, lo suficientemente justo. Aquí van ustedes:

¡DISFRUTA!

Capítulo 11: Eleos

8el Octubre de 1995, 03:55pm

Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería

Dumbledore se sentó con tres dedos en cada templo, con los ojos cerrados firmemente en concentración. Había estado sentado en la misma posición exacta durante casi tres minutos enteros, así que su fénix, Fawkes, dejó escapar un grito preocupado. Su maestro se estaba haciendo viejo, y francamente, esperaba que el viejo humano se quedase en cualquier momento.

Fue esto lo que lo sacó de sus pensamientos, junto con el firme golpe mental enviado junto con la exclamación retorcida del pájaro.

"Estás seguro de esto?" finalmente preguntó, con los ojos abiertos para mirar al hombre sentado en su escritorio.

Las dos personas sentadas ante él miraron alrededor de los cuarenta. El hombre de la derecha, con quien Albus había estado hablando, era un caballero de aspecto distinguido con un traje negro con una perilla severa y cabello castaño ondulado que alcanzaba sus hombros anchos en un río brillante. Su rostro era duro, con líneas de edad acentuadas por las gafas rectangulares doradas encaramadas en su nariz larga. Sus piernas estaban cruzadas, y sus manos descansaban sobre un bastón ingeniosamente grabado frente a él. Tenía el aspecto de un hombre que sabía de las cosas incluso antes de que sucedieran.

"Absolutamente seguro", respondió fácilmente. "Dudo que alguien más en la tierra lo sintiera menos nosotros, pero lo sentimos que lo hicimos. Una perturbación mágica de proporciones masivas, y estamos seguros de que emanó de Avalon." Había un rastro de acento romántico en sus ricos tonos, apenas audibles, pero Albus todavía podía escucharlo incluso después de todos estos años.

"Y crees que lo fue..."

"Su nuevo maestro de Defensa, el Sr. Harrison Slate," confirmó la mujer, se levantó los labios estirándose en una sonrisa. Era elegante en su edad, sentada correctamente con un simple vestido morado mientras bebía su té.

Albus empapó sus dedos, su mente corrió para tratar de descubrir su razonamiento. "Por favor, explica tu razonamiento, Nicholas."

Su viejo amigo sonrió, complacido de transmitir información a su viejo estudiante. "El día que lo sentimos", se volvió hacia su esposa, un pequeño ceño fruncido en sus cejas, "era alrededor del comienzo del mes de agosto, ¿no fue así mon ange?"

"El quinto, para ser exactos", confirmó la mujer, metiendo un rizo de pelo de cebada detrás de una oreja. No parecía estar completamente involucrada en las maquinaciones de su esposo, y Albus sabía que no lo estaba. Ella simplemente lo siguió y lo apoyó con lo que sea que hizo, ofrecer astutamente pequeños comentarios que a menudo terminaban cambiando los eventos a cómo los deseaba y evitando que su excéntrico esposo se convirtiera inadvertidamente en un señor oscuro.