Habían muchas cosas para las que Park ChanYeol era bueno: Arreglar un auto, lanzar una flecha con perfecta precisión, armar una moto pieza por pieza desde cero, lanzar cuchillas a los puntos vitales de su enemigo, cocinar distintos platos a base de carne, encontrar el mejor ángulo para atacar al enemigo con su fusil, y hasta tejer su propio cubrecama; muchas cosas.
Hablar no era una de ellas. Observar lo que lo rodeaba, manteniéndose siempre alerta, solía ser su prioridad.
Así que cuando la joven con la que se supone estaba teniendo una cita se limitó a marcharse tras el largo e incómodo periodo de silencio que Park no había notado por estar vigilando el perímetro, no estaba del todo sorprendido.
Mas eso no lo hacía sentir menos dolido, o solo.
No le era fácil comunicarse, nunca lo había sido, pero aún así quería conectar con alguien y poder tener una relación estable. No pedía mucho. Su alma podría anhelar a su pareja predestinada y tener toda una historia de amor épica como la de sus superiores; pero su corazón se conformaría con alguien que quisiera estar a su lado en los días especiales, justo como aquel: Luna Llena.
Tras tomar un nuevo trago de su bebida, ChanYeol, un cambiaforma de cabello gris, piel vainilla, ojos grandes y oscuros, altura superior al promedio de su grupo, además de un cuerpo amplio, ancho y fibroso, se apartó de la mesa en la que había estado y se dirigió a la barra con los demás lobos solitarios.
—Creí que esta vez sí lograrías al menos terminar tu trago —comentó SeHun, su mejor amigo; un hombre alto de cabello negro, piel pálida, cuerpo de nadador y rostro serio; golpeando ligeramente su hombro.
ChanYeol suspiró y se encogió de hombros antes de girar el rostro hacia la ventana y centrarse en la hermosa vista de la noche despejada, con la Luna Llena brillando sobre los árboles. Aun faltaba un par de horas para que llegara a su cumbre, pero su luz ya había comenzado a ejercer efecto en sus cuerpos, los cuales picaban por cambiar a su forma semi-lobuna, la cual inspiraba la imagen que el cine solía mostrar en sus cintas, aquellas que los pintaba como mitad hombres-mitad lobos, con sus manos y pies convertidas en garras y patas, con pelo sobresaliendo por diferentes zonas de su cuerpo y sus rostros tomando un aire más severo y animal.
Y la cual los hacía malditamente receptivos a sus sentidos.
Sobre todo a él.
SeHun volvió a golpearlo en el hombro para llamar su atención y se irguió rápidamente ante la presencia de su superior acercándose a ellos.
El peligrís lo imitó dejando su bebida a un lado para ver al hombre más bajo, de cabello castaño, piel canela y sonrisa naturalmente burlona debido a las altas comisuras de sus labios, acercarse a ellos con semblante incómodo y ligeramente arrepentido.
—Lamento arruinar su noche, chicos, pero necesito respaldo —dijo sonando cansino.
ChanYeol frunció el ceño preguntándose qué habría sucedido, Kim JongDae, Sargento Mayor de su manada, su superior, tendría que encontrarse en casa pasando la noche de Luna Llena junto a su compañera de acoplamiento como las demás parejas; no en un bar buscando por ellos.
—Es por H —explicó exudando molestia y algo de preocupación.
—Lo seguimos —pronunció SeHun con un firme asentimiento, y ambos lo escoltaron hacia el auto del mayor, una camioneta amplia y sumamente golpeada que parecía haber visto mejores épocas pero que aguantaba más que los nuevos modelos llenando el mercado.
La cual llevaba usando desde que H mismo le robó su moto y se lanzó junto a esta hacia el abismo.
—Los Jung fueron a correr por los límites del territorio y dicen haber visto una luz extraña salir de la tierra de H —contó JongDae mientras subían al vehículo—, dijeron que era tan brillante que parecía conectar con la misma Luna.
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El hijo de la Luna [ChanBaek] (Lobos 2)
FanfictionBaekHyun, tras años de ocultarse en lo más lejano del pueblo, ha encontrado su pareja predestinada, a quien obviamente no quiere aceptar; pues prefiere mantenerse apegado al recuerdo de su esposa, quien murió hace cientos de años, y está dispuesto a...