일곱: Me gustaría remediarlo

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BaekHyun respiró profundamente y comenzó a caminar hasta el centro de la arena, pensando en la saga de Los juego del Hambre y sintiéndose ni siquiera como la protagonista, quien tenía un verdadero motivo para pelear, tenía a su hermanita, su mamá, Gale: su medio amigo, y luego Peeta: su amado.

El peliblanco no tenía razón alguna; su esposa y amigos habían muerto. De acuerdo, tenía a Dae, su hijo adoptivo, a KyungSoo, su nuevo mejor amigo, y aún contaba con TaeMin y Tiffany que seguían confiando en él después de todos estos años, sin contar la parte de la manada que realmente esperaba que él ganara; y por último, y más importante, tenía a su madre, la Luna, quien le había dado un compañero destinado por si quería reconstruir su vida.

Lo malo era que H no quería aquella oportunidad. Estaba bien solo, sobreviviendo a su manera. ¿Por qué entonces tenía que pelear a muerte con el actual líder y reclamar su trono cuando solo anhelaba una vida sencilla y libre.

Excepto que no era realmente libre. No podía moverse de ese maldito pueblo para conservar la imagen de TaeYeon, era obligado cada Luna Nueva a ser arrastrado por los guardias hacia las reuniones oficiales y tenía una pareja que al parecer era un acosador empedernido que llevaba observándolo desde mucho antes que enviudara.

Quizá entonces sí era como Katnis Everdeen, la chica de fuego. Era Byun BaekHyun el Hijo de la Luna, peleando por la simple necesidad de obtener su libertad.

—¿Estás listo? —Oyó a Dae pronunciar, el peliblanco asintió y se posicionó delante de los ancianos, frente al actual líder.

—Esta pelea constará de tres partes —anunció el anciano Lee—. La primera será un enfrentamiento con las armas que cada soldado elija usar, la segunda será una batalla cuerpo a cuerpo sin ninguna arma involucrada y la tercera una pelea directamente como lobos.

—Recordarles dos cosas, la primera, que según las reglas, y ya que nos encontramos frente al Hijo de la Luna, los poderes de H no serán usados de ninguna manera y los Hijos del Sol están aquí para asegurarse de ello.

Declaró el anciano Shim mientras señalaba a los mencionados, ubicados uno a cada lado de la arena, pero con las manos levantadas hacia el otro en señal de conexión.

—Y segundo, si en una de las pruebas resalta un claro ganador, tiene el permiso de todo el concejo de tomar el corazón del vencido y terminar con esto rápidamente.

—Caballeros, que haya una pelea justa. —Culminó Lee retrocediendo hacia lo alto del palacio.

El actual líder se ubicó cerca del trono desde donde NamJoon le entregó una khopesh o también conocida como kefresh; una espada o sable egipcio de hoja curva, en forma de hoz con el filo en su parte convexa.

Baek notó que el arma favorita del líder había sido arreglada, agregando oro puro a la empuñadura y a la vez volviéndola más pesada.

BaekHyun, como siempre, sacó su Katana o Catana; un arma blanca parecida al sable, de origen , caracterizada por su distintiva hoja curva de filo único y punta aguda, la cual no había cambiado ni modernizado desde que se la obsequiaron, simplemente se hizo más letal con cada matanza.

La pelea comenzó y el peliblanco quiso decirle a su rival que soltara el adorno que había elegido como arma y pidiera algo mejor, algo más liviano y letal; pero entonces notó que no se trataba solo del arma sino de lo mayor que era Kim SooHyun y lo cansado que se encontraba, dejando ver frente a sus súbditos el verdadero paso de sus años.

BaekHyun retrocedió mirándolo fijamente, dejándolo recuperarse un poco, negándose a deshonrarlo al matarlo durante la primera parte del enfrentamiento.

El hijo de la Luna [ChanBaek] (Lobos 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora