## Capítulo 1: El despertar del Sunshine

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Naruto se despertó con el sol brillando en su rostro. Se levantó de la cama y se estiró, sintiendo una extraña sensación en su cuerpo. Se miró al espejo y se sorprendió al ver que su cabello rubio estaba más largo y desordenado, y que sus ojos azules tenían un brillo dorado.

- ¿Qué me pasa? - se preguntó, confundido.

Recordó que ayer había tenido un duro entrenamiento con Jiraiya, su maestro y padrino, que le había enseñado a usar el chakra del Kyubi, el zorro de nueve colas que estaba sellado en su interior. Además había conseguido dominar el modo sabio, que le permitía aumentar su poder y velocidad al fusionar su chakra con el de la naturaleza. Sin embargo, al final del entrenamiento, había sentido un dolor agudo en su pecho, como si algo se hubiera activado en su interior.

- Tal vez sea por eso que me siento diferente - pensó Naruto.

Decidió salir de su habitación y buscar a Jiraiya, para preguntarle si sabía algo sobre lo que le estaba pasando. Se puso su ropa habitual: una chaqueta naranja y negra, un pantalón naranja, unas sandalias azules y una banda con el símbolo de la Hoja en su frente. Antes de salir, cogió su mochila, donde guardaba sus kunais, shurikens y otros objetos útiles.

Al salir de la posada donde se hospedaban, Naruto se encontró con un grupo de niños que jugaban en la calle. Al verlo, los niños se acercaron a él, curiosos.

- Hola, ¿eres un ninja? - le preguntó uno de ellos.

- Sí, soy Naruto Uzumaki, el futuro Hokage - respondió Naruto, sonriendo.

- Wow, qué guay - dijo otro niño - ¿Y qué puedes hacer?

- Pues puedo hacer muchas cosas, como clones de sombra, rasengan, invocaciones y...

- ¿Y puedes hacer fuego con las manos? - interrumpió otro niño.

- Bueno, no exactamente, pero puedo hacer algo parecido - dijo Naruto, recordando que había aprendido el jutsu bola de fuego con Sasuke, su rival y amigo.

- ¿De verdad? ¡Enséñanos! - exclamaron los niños, emocionados.

- Está bien, pero no se acerquen mucho, que puede ser peligroso - advirtió Naruto.

Naruto se concentró y formó los sellos necesarios para realizar el jutsu bola de fuego. Sin embargo, cuando abrió la boca para expulsar el fuego, lo que salió fue una llamarada de color dorado, que iluminó todo el lugar. Naruto se quedó boquiabierto, al igual que los niños, que se alejaron asustados.

- ¿Qué... qué fue eso? - balbuceó Naruto.

- ¡Eso fue increíble! - gritó uno de los niños, recuperando la compostura - ¡Eres el mejor!

- ¡Sí, eres el mejor! - corearon los demás niños, rodeando a Naruto y alabándolo.

Naruto se sintió halagado por los elogios, pero también confuso por lo que acababa de hacer. No entendía cómo había podido lanzar una llamarada dorada, que no se parecía en nada al fuego normal. Se preguntó si tendría algo que ver con el dolor que había sentido ayer, o con el cambio en su apariencia.

- Oye, Naruto - le dijo Jiraiya, que acababa de llegar - ¿Qué estás haciendo?

- Ah, Jiraiya-sensei - dijo Naruto, al ver a su maestro - Estaba jugando con estos niños, y les estaba enseñando algunos jutsus.

- Ya veo - dijo Jiraiya, mirando a los niños, que lo saludaron con respeto - Pero, ¿qué es eso que tienes en la boca?

Naruto se tocó la boca y se dio cuenta de que aún tenía la llama dorada encendida. Se asustó y la apagó, soplando.

NARUTO: LA REENCARNACIÓN DE ESCANORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora