Sanji pasó de una relación encantadora a sumergirse en los vaivenes de una conexión violenta y controladora. Su personalidad, alguna vez vibrante, se desdibujó, dejando tras de sí a un chico obediente.
Zoro, investigador de una Unidad Especial en Ok...
❝ No eres bueno para mí ¿Crees que estaremos enamorados? Toma otra calada, convertirme en cenizas ¿Listo para otra mentira? Dice que todo va a estar bien ❞
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La voz de Ace resonó, indicando que la situación no era para nada de su agrado en absoluto. Con solo una palabra, el hombre logró que todo se detuviera, y Sanji apretó los labios conteniendo la respiración.
—¿Todo en orden? —Ace usó un tono apretado e irónico, Sanji lo conocía tan bien, el hombre estaba controlando su enfado.
El rubio giró hacia la voz de Ace, respondiendo nervioso y tratando de disimularlo: —Nada... Y-yo casi le tiro el plato al cliente encima. Solo trataba de ayudar, Ace.
Sanji estaba aterrado, no cabía duda. Zoro observaba la situación, sus ojos analizando la escena. Percibía una tensión, una que conocía bien después de más de ocho años en la Unidad Especial. Estaba seguro de que sus sospechas no eran tan paranoicas después de todo.
—Entendido entonces, nos vemos en tu descanso ¿De acuerdo? —Fue una afirmación más que una pregunta, lo soltó hosco, el pecoso finge una sonrisa y se retira con el hombre que estaba hablando cuando llegó.
—¿Estás bien? No pasa nada... Solo se cayó el plato—quiso palmear su hombro y este lo esquivo
—Gra-acias vuelvo enseguida— recogió todo lo que estaba en el suelo y salió casi corriendo
—Diablos... Qué día ¿Acaso es tan malo que haya tocado mi dedo?—susurró más para sí que para compartirlo con Luffy, se rasco la nuca— Al menos terminaré mis onigiris
—La comida es buena, la ultima vez que fuí al comedor de la comandancia termine intoxicado—hizo una mueca de desagrado—esté será uno de mis lugares favoritos desde ahora
—Si me invitas más seguido será el mío también ¿no?— rio el peliverde, sabría que no sucedería en un buen rato
—Aquí tiene su orden caballero, lamento haber tirado su plato anterior, espero disfruten la comida—reverencio y se marchó
—Realmente me siento intrigado por este chico, no suelo ser demasiado entrometido pero pienso que que hay algo mal—metió el pedazo de carne a su boca—¿N-o crees Zo-ro?
—Puede ser, pero, por favor cierra la boca cuando me hables—gruño—no lo sé, tengo este presentimiento y no es nada bueno
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