Sanji tomaba su té tranquilamente, reconfortado por la presencia del oficial Roronoa, quien lo había calmado y consolado. Comieron en un ambiente sereno y silencioso, mientras el rubio se preguntaba si Zoro era tan atento, amable y cuidadoso con todos. El oficial demostró cortesía de principio a fin, cumpliendo su deber al mantenerlo seguro.
—Sanji—interrumpió Zoro sus pensamientos—, quiero informarte que Usopp vendrá dos veces por semana. Has dado un gran paso al hablar con él. Además, Ace sigue bajo investigación y finalmente se ha impuesto una orden de alejamiento. No puede acercarse a ti ni a 500 metros, ni contactarte de ninguna forma. Seguimos rastreando cada uno de sus movimientos, ¿Entendido?-informó, mientras Sanji asentía con una mezcla de sentimientos encontrados—. Hay algo más que discutir, pero lo haremos cuando esté presente el psicólogo.
Sanji asintió con seriedad, procesando la información mientras dejaba su taza de té sobre la mesa. Aunque se sentía un poco aliviado por la orden de alejamiento impuesta a Ace, también experimentaba una sensación de incertidumbre y preocupación por su ahora ex novio.
Zoro observó la reacción de Sanji con atención, notando la mezcla de emociones en su rostro. Decidió no presionarlo más en ese momento y optó por cambiar de tema.
—Dejemos ese tema por ahora, Sanji. ¿Te gustaría dar un paseo después de terminar aquí? Tal vez te vendría bien un poco de aire fresco—propuso Zoro con una sonrisa tranquilizadora.
Mientras Zoro se sumergía en la tarea de lavar los platos, Sanji se dirigía a su habitación para vestirse antes de salir. El alivio se mezclaba con un atisbo de esperanza en su mente, sabiendo que finalmente había compartido toda la verdad con Usopp. La confesión sobre lo ocurrido en el restaurante no solo aligeraba su carga emocional, sino que también fortalecía el caso contra Ace.
Para Zoro, la visión de Sanji yendo y viniendo era un recordatorio de la complejidad y crueldad de las relaciones abusivas. A lo largo de su carrera como oficial, había sido testigo de innumerables casos donde hombres y mujeres se encontraban atrapados en relaciones opresivas, desarrollando una dependencia emocional que los mantenía encadenados a sus parejas abusivas. La sensación de estar fuera de los límites saludables, e incluso en territorio enfermizo, era palpable en cada uno de esos casos.
Y en Sanji, Zoro veía los mismos signos de esa tristeza y desesperación que había observado tantas veces antes. Aunque el rubio intentaba ocultar su sufrimiento detrás de una máscara de valentía, sus ojos azules, cautivadores y misteriosos, revelaban la tormenta de emociones que lo acosaba por dentro.
Desde el momento en que vio a Sanji por primera vez en el restaurante, Zoro no pudo negar el atractivo magnético que ejercía sobre él. La fuerza de su presencia era innegable, y ahora, mientras continuaba lavando los platos con meticulosidad, se comprometió a sí mismo hacer todo lo posible para proteger a Sanji y ayudarlo a romper las cadenas que lo mantenían prisionero de ese hombre.
(No seas un idiota... No puedes hacer eso, solo concéntrate en tu trabajo...)
Secó sus manos en su pantalón y volvió a colocar su reloj sobre su muñeca, mientras esperaba a Sanji en el sofá, distraído en su celular.
—¿A dónde iremos?—preguntó Sanji, saliendo vestido con unos simples jeans y una camiseta negra que le quedaba demasiado grande, complementando su atuendo con unos tenis negros.
—Lo sabrás cuando lleguemos. Por cierto, casi olvido darte esto—Zoro extendió una caja envuelta en un simple papel azul que reposaba sobre la mesita frente al sofá.
Sanji tomó la caja y la abrió lentamente. Un destello de sorpresa cruzó su rostro y sus ojos de confusión.
—No puedo aceptarlo, es... Es demasiado. No necesito otro teléfono, puedo seguir con el mío—dijo, devolviendo la caja a Zoro con un gesto vacilante.

ESTÁS LEYENDO
𝕌𝕝𝕥𝕣𝕒𝕧𝕚𝕠𝕝𝕖𝕟𝕔𝕖 ||| ᴢᴏꜱᴀɴ
FanfictionSanji pasó de una relación encantadora a sumergirse en los vaivenes de una conexión violenta y controladora. Su personalidad, alguna vez vibrante, se desdibujó, dejando tras de sí a un chico obediente. Zoro, investigador de una Unidad Especial en Ok...