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Zoro se sorprendió ante el inesperado beso de Sanji, quedándose momentáneamente quieto, pasmado. El rubio se aferraba a su nuca. Con gestos delicados, Zoro lo apartó un poco, preocupado de que pudiera lastimarse al ejercer demasiada fuerza y pudiera golpearse la cabeza contra el vidrio.

—Sanji, espera...—Lo atrajo hacia atrás por completo, sosteniendo sus mejillas para obligarlo a mirarlo—. ¿Qué fue eso? ¿Estás bien? No estoy molesto

Sanji bajó la mirada, sintiéndose como un idiota, estúpido en esos momentos. Se arrepentía de su acción, consciente de que había cometido una estupidez.

—Yo-yo, no lo sé, es tan amable y...

—¿Pensaste que debías agradecerme?—frunció el ceño, su expresión más intimidante de lo habitual, con la mandíbula tensa—. Escucha, no debes hacer nada de esto. En primer lugar, estoy a cargo de tu caso —enumeró con el dedo—. En segundo lugar, esto no lo hago para obtener sexo —levantó otro dedo—. Y en tercer lugar, quiero respetar esto. Estás vulnerable y lo entiendo, pero no creas que lo hago para tenerte en mi cama. Me molestaría de verdad si lo creyeras. ¿Lo haces?

Zoro mantenía su mirada firme, tratando de transmitir seriedad en cada palabra. El rubio apartó la mirada, habiendo considerado brevemente la posibilidad antes de descartarla por completo durante su conversación. Sanji notó que el peliverde nunca hizo ningún intento ni siquiera mencionó la habitación que había alquilado, lo que le hizo sentirse aún más incómodo. Sus mejillas ardían intensamente, y varias lágrimas escaparon por sus mejillas.

Zoro lo abrazó con firmeza, acariciando su cabello en un intento de consolarlo. Sanji suspiró profundamente, sintiendo que las palabras se atascaban en su garganta y le costaba expresarse. Su labio inferior temblaba y lo mordisqueaba nerviosamente.

—Lo siento, lo siento... —repetía con nerviosismo—. Es que, no lo sé, Ace... cuando hacía algo bueno por mí —pausó, temblando ante los recuerdos—, él me decía que debía ser agradecido y me pedía, ya sabes...

Zoro comprendía perfectamente a qué se refería Sanji. Sabía el tipo de manipulación y abuso que Ace ejercía sobre él. Sentía una mezcla de repulsión y rabia hacia el pecoso por haber rebajado a Sanji a tal punto, convirtiendo cualquier gesto de bondad en una transacción sexual.

—No lo digas, ese bastardo...—gruñó con furia—. Te prometo que ese idiota jamás volverá a lastimarte, eso te lo aseguro

Acarició con su pulgar una de las mejillas de Sanji, tratando de transmitirle seguridad y consuelo en medio de la turbulencia emocional que estaba experimentando.

Acarició con su pulgar una de las mejillas de Sanji, tratando de transmitirle seguridad y consuelo en medio de la turbulencia emocional que estaba experimentando

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Robin tocó suavemente la puerta de Zoro, sosteniendo unas tazas de café con aroma tentador. Se acercó a su escritorio y se sentó frente a él. Su cabello oscuro cayó en cascada sobre sus hombros mientras se recogía un mechón detrás de la oreja. Carraspeó suavemente, buscando la atención del hombre que parecía perdido en sus pensamientos, ausente incluso de la reunión que habían organizado.

𝕌𝕝𝕥𝕣𝕒𝕧𝕚𝕠𝕝𝕖𝕟𝕔𝕖 ||| ᴢᴏꜱᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora