Capítulo 5

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Como niños.

Está comenzando a llover así que trato de apresurar el paso para entrar a las instalaciones de la universidad antes de terminar empapada por la tormenta que se avecina.

—¿Estás emocionada? —dice Trisha colocándose junto a mí, ya dentro de los pasillos.

—¿Por qué? —Pregunto con el ceño fruncido.

—Perdón… ya lo había olvidado, tienes memoria a corto plazo. —Su mirada es de frustración y un bufido es lo que contemple—. En una semana es tu cumpleaños mujer.

Comienzo a reír como loca por su actitud ante mí pequeña broma.

Era obvio que no lo había olvidado, es una fecha muy importante y especial para mí. Lo es todos los años, siempre me emociona saber que estaré rodeada de quienes amo, y que será una fecha inolvidable. Cumpliré veinte años ya, y aún me queda por descubrir y vivir cosas.

—Estoy jugando contigo Trish, —le doy un pequeño empujón—. Claro que no lo he olvidado.

—Sí muy chistoso de tu parte. —Hace un intento por mantenerse seria pero como no puede acompaña mis risas descontroladas—. Bueno ya, ¿qué haremos para celebrarlo?

—Nada —Digo encogiendo mis hombros—. Oh, papá dijo que me llevará al zoológico así que se puede decir que ese es mi único plan de celebración.

Frunce su ceño y se detiene delante de mí negando con su cabeza.

—Claro que no señorita adulta. —Me regaña como una mamá lo suele hacer—. Son tus veinte años, así que yo me encargo de todos los preparativos. Obviamente no debes descartar la idea de tu papá, pero también debes de celebrar con tus amigos.

Intento decirle que no es necesario pero en eso suena el timbre anunciando el comienzo de las clases. Ambas nos miramos y puedo ver esa chispa de diversión en ella.

Esta vez nos toca recibir juntas clase de francés. Otra clase más que me aburre, pero en esta si intento prestar mucha atención y hago un esfuerzo por no dormirme. Nos ha tocado un ejercicio práctico. A veces creo que estuvo de más optar por estos cursos libres pero me interesó mucho el aprender a hablar francés así que aquí estamos.

Ojalá que Dios me ayude y logre un buen avance, porque en la clase pasada le dije a la profesor que era un perro esquizofrénico en francés. Soy muy mala aún.

—¿Y tu estupenda amiga Olivia? —Trisha dice viendo el libro de idiomas que tiene sobre la mesa.

Hago una pequeña pero notable mueca.

Definitivamente que Olivia era un caso. Me ha contado que últimamente se la ha pasado de fiesta en fiesta, sin embargo a conocido muy bellos lugares que me ha mostrado por fotografías.

—Ya se fue de viaje, como lo hace todos los años.

—¡Aleluya! —Exclama levantando sus brazos. Todos los de la clase se han girado a verla y el profesor Steven igual.

—¿Le sucede algo señorita Saidi? —Pregunta dejando de escribir en su libreta, ya que también él está haciendo la práctica con nosotros.

Imposible EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora