Misión Imposible.
El montón de vibraciones de mi teléfono acompañado de los flashes que lanza con cada notificación de mensaje que me llega me despiertan. Después de que Jake me trajera amablemente a casa, caí rendida por el sueño. Dormí horas, sólo me levanté a cenar y luego proseguí con mi tan estupendo descanso. Como este es el segundo año en mi carrera, las tareas, pruebas y demás me están dejando exhausta.
Un hilito de saliva corre por mi mejilla, mi cabello es un desastre tanto que parece un nido de pájaros. Tengo los ojos medio abiertos, así que como puedo y aún agotada, agarro mi teléfono que está en mi siempre mesita de noche. Algunos rayos de luz se cuelan por mi ventana haciendo que tape mis ojos por la molestia.
Abro los ojos de golpe al ver toda la lluvia de notificaciones que tengo por parte de Olivia. Son alrededor de unos diez mensajes de texto y treinta llamadas perdidas. Todo en sólo diez minutos. Miro el reloj y son apenas las 6.a.m, afortunadamente hoy no hay clases ya que los profesores tendrán una capacitación que les abarcará todo el día. Abro el chat y leo sus mensajes.
Chat: OLIVIA.
Olivia: ¡Amiga, te necesito!
Olivia: Hello, ¿Ya despertaste? Escríbeme.
Olivia: ¡Ainsley Margaret Jefferson Harper! ¡Despierta!
Olivia: Tierra llamando a Ainsley, repito, Tierra llamando a Ainsley.
Olivia: Ni los osos invernan tanto como tú, mujer. Responde.
Olivia: SOS, SOS.
Olivia: Esas son las siglas para pedir ayuda, ¿no?
Olivia: Tenemos un código rojo ¡Responde!
Olivia: Despierta que moriré si no lo haces, ¡esto es urgente!
Y así todos sus mensajes me pedían una sola cosa: Ayuda.
Algo preocupada, tecleo un solo mensaje para responder el montón que ella me envió. Sostengo mi cabello en una coleta y limpio la saliva que tengo en la mejilla.
—Qué asco —murmuro.
Después de un minuto y medio, una nueva notificación aparece en la pantalla:
Olivia: Llamada entrante.
Contesto rápidamente.
—¡Por fin! —Grita al otro lado de la línea telefónica—. Ni los osos duermen tanto como tú lo haces.
—Hola, buenos días Olivia —la saludo como ella no lo hizo—. ¿Qué tal amaneciste?
—Los saludos para otra ocasión, Ainsley —dice con prisa—. ¿Por qué duermes tanto?
—Lo siento, pero por si no lo sabías últimamente no he dormido muy bien que digamos. Las tareas me están quitando horas de descanso que son muy valiosas para mí —me defiendo.
—Lo que está pasando también es muy valioso —bufa—. Necesito de tu ayuda como amiga, es poco pedir que me respondas las llamadas y los mensajes.
—¿Qué tal es Portugal? —Pregunto ignorando su anterior reclamo.
Un nuevo bufido se escucha y oigo que rezonga por lo bajo.
—Eso es lo de menos —espeta. Olivia no es así, siempre sale con sus conversaciones de los bellos lugares que visita. Su tono de voz preocupada me asusta—. Ayúdame, Ainsley.
Estoy todavía acostada pero ante la insistencia en su voz, me siento de inmediato con el corazón en la garganta.
—¿Te paso algo? ¿Estás bien? ¿Qué ocurre? —suelto todas las preguntas de una vez.
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Imposible Enamorarse
Genç Kurgu"Y así el Sol amo a la Luna, aún cuando la Tierra se interponía entre ellos." Ainsley Jefferson tiene una cláusula: No enamorarse nuevamente. Al menos, no por ahora. Con veinte años, es una chica que tiene determinado el futuro que quiere para su...