Damián logra con éxito sus objetivos

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Un joven que llamaremos Damián, quien tiene 12 años y está estudiando 1° de secundaria en la bella ciudad llamada "La Eterna Primavera" por su clima tan fresco donde no hace calor excesivo ni frio intenso; convive con jóvenes de su edad y dentro del querer comerse al mundo platican y charlan para demostrar quién es el mejor, si eso sucede en las reuniones de estudiantes, es más famoso el que hace más cosas de adultos.

Un 23 de marzo aún recuerdo bien esa fecha se celebraba el cumpleaños de Arturo, su mejor amigo y lo invito a su casa a festejar el fin de semana completo desde el viernes saliendo de clases hasta el domingo; muy emocionado Damián pide permiso a sus papás.

Damián- mamá, Arturo me está invitando a su casa el próximo viernes, festejara su cumpleaños y desea que yo le ayude a la organización y durante el festejo.

Mamá- ¿a qué hora te irías?

Damián- su expresión fue de alegría al escuchar las palabras de su mamá, sintiéndose victorioso y con el permiso de ir a la fiesta, dijo con voz firme, saliendo de la escuela me voy directo a su casa.

Mamá- ¿a qué hora regresarías?

Damián- todo tímido, apenado y tartamudeando, como todo joven de 12 años dice... haaaaaastaaaaa el dooooomingo.

La expresión del rostro de su mamá fue de shock, si, su rostro lo decía todo y solo pudo expresar "estas bien pendejo" sin decirle alguna palabra más sobre el tema.

Damián tuvo su primera batalla perdida, pero aun había una esperanza que le ilumino la mirada y puso su objetivo en ese pensamiento, su papá, si, quien trabajaba todo el día y llegaba después de las 11 p.m., claro si llegaba, porque luego se perdía en el alcohol y no lo veía hasta muchos días más.

Esa noche Damián se puso a adelantar tareas intensamente para poder mantener sus excelentes calificaciones, pero eso no era solo su objetivo, si, lo pensaste muy bien, era esperar la llegada de su papá, cuando se dio cuenta eran las 12 de la noche y papá no llegaba, eso indicaba que había perdido la batalla sin si quiera enfrentarla, porque era una realidad su papá había caído nuevamente en los brazos del alcoholismo, que parece pulpo o calamar, por que donde te atrapen no te puedes soltar, por lo tanto tuvo que ir a acostarse para poder ir a la mañana siguiente a la escuela.

Damián durante la noche y al despertar dijo que su objetivo está muy claro, quería ir a la fiesta de Arturo todo el fin de semana. Al llegar a la escuela los compañeros hablaban de quienes ya tenían el permiso de ir a la fiesta, eran como 10 los que hablaban y comentaban de qué harían durante esos días y noches, dentro de los comentarios estaban "yo llevare 2 botellas de Brandy", "en mi casa tienen una de Don Pedro", "yo pasare a comprar cigarros, al fin Don Carlos el de la tienda si me vende", entre muchos comentarios más sobre alcohol y cigarros, le preguntan a Damián ¿tú, ya tienes el permiso de ir? A lo cual respondió diciendo, aun no les digo se me olvido comentarles ayer... pero Damián seguía pensando como sus compañeros lograron tener permiso tan rápido, ¿qué hicieron para que se los dejaran ir?, en eso dijo, ya se, iré a buscar a mi papá al trabajo ahí, seguro esta aun alcoholizado, entonces se decidió a ir saliendo de la escuela, al fin le quedaba de paso para ir a su casa.

Al llegar al trabajo de su papá (que era una colonia popular donde predominaban las pandillas, tiendas de venta de vinos, bares, etc.,) Damián piensa como decirle lo del permiso, "vine a pedirte permiso para ir a una fiesta" con voz firme y seguro de que su papá al estar alcoholizado le contestaría afirmativamente y sin pedir más explicaciones se iría victorioso a platicarle a su mamá quien ya no tendría otra opción más que aceptar; pero al momento de que sucedió eso, su papá le contesta en tono serio y firme, los permisos se dan en casa no en la calle, espérate hasta que yo llegue, como Damián no iba a dejar perder su última batalla insistió diciendo a su favor, pero anoche te espere hasta tarde y no llegaste por estar tomando, ahí fue donde su papá lo voltio a ver y con voz fuerte y firme le dijo "ve a la casa y espérate allá, no sé cuando llegue pero tú no eres quien para cuestionar lo que hago". Damián se da la vuelta y se retira con la mirada al piso, dejando y desechando por completo la ilusión de ir a la fiesta de Arturo junto a todos los demás compañeros.

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