La Gradual Separación

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El tiempo seguía su curso inexorable, y Carlos y Amalia enfrentaban una gradual separación a medida que sus estudios universitarios llegaban a su fin. La ciudad de Quito había sido un capítulo inolvidable en su historia, pero ahora debían enfrentar nuevas realidades y desafíos.

En uno de sus saltos temporales, Carlos experimentó la sensación de alejarse de Amalia mientras tomaban caminos diferentes en su búsqueda de carreras profesionales. Inspirado por esta visión, decidió hablar con Amalia sobre sus planes futuros en el presente.

Sentados en un banco en el parque, bajo la sombra de los árboles que habían sido testigos de tantos momentos compartidos, Carlos y Amalia compartieron sus sueños y ambiciones. Aunque sus caminos profesionales los llevarían a diferentes lugares, decidieron mantener viva la chispa de su relación a través de visitas y viajes cada vez que fuera posible.

El grupo de amigos también se enfrentaba a la separación gradual a medida que cada uno tomaba rumbos diferentes en sus carreras y proyectos de vida. Las despedidas se volvían momentos agridulces, llenos de promesas de reencuentros futuros.

Los intereses románticos del pasado, Alma, Evelyn y Jessica, continuaban explorando sus propios horizontes. El destino los había llevado por caminos separados, pero las huellas de sus historias compartidas seguían presentes en cada decisión que tomaban.

La historia avanzaba en medio de la separación y la incertidumbre, revelando que el amor verdadero no se mide en la distancia física, sino en la voluntad de mantener unidas las almas. Carlos y Amalia, decididos a luchar contra las adversidades, se embarcaban en una nueva etapa de su relación, donde la confianza y la paciencia se volvían sus aliados más valiosos.

Mi esposa es la chica bella del colegioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora