Mi esposa es la chica bella del colegio

El Camino Hacia el Gran Día

Con cada día que pasaba, Carlos y Amalia avanzaban un paso más en el camino hacia su boda. Aunque la distancia los había separado durante un tiempo, su amor y compromiso se mantenían sólidos, como un faro que los guiaba hacia el futuro que habían imaginado juntos.

En uno de sus saltos temporales, Carlos experimentó la emoción de la planificación de su boda con Amalia. Inspirado por esa visión, decidió comenzar a trabajar en la organización de su día especial en el presente. Se sumergieron en la elección del lugar, la selección de la comida y la búsqueda del vestido perfecto para Amalia.

A medida que los preparativos avanzaban, el grupo de amigos, Juan, Gustavo y Luis, se unía a la emoción, ofreciendo su ayuda y apoyo incondicional. La amistad que habían cultivado a lo largo de los años se convertía en un pilar fundamental en la vida de Carlos y Amalia.

Los intereses románticos del pasado, Alma, Evelyn y Jessica, también participaban en los preparativos de la boda, cada una con su propio papel en la historia. Aunque sus caminos habían tomado diferentes direcciones, las conexiones pasadas seguían siendo una parte integral de la vida de Carlos y Amalia.

El tiempo pasaba velozmente, y finalmente llegó el día de la boda. Carlos, nervioso pero emocionado, esperaba en el altar, mirando hacia el futuro que había visualizado en sus saltos temporales. Amalia, radiante en su vestido de novia, caminó hacia él, y sus ojos se encontraron en un instante lleno de significado.

La ceremonia fue una celebración de amor y amistad, con sus amigos y seres queridos rodeándolos. Los votos matrimoniales se convirtieron en un testimonio de su compromiso mutuo. Carlos, con voz emocionada, pronunció las palabras que había visto en sus sueños: "Si viajara en el tiempo, te volvería a elegir".

El lector, testigo de esta travesía a través del tiempo y el amor, celebraba con emoción el gran día de Carlos y Amalia, sabiendo que esta historia única había llegado a su punto culminante. La boda marcaba el comienzo de una nueva aventura llena de promesas y posibilidades para la pareja, una aventura que habían construido juntos a lo largo de los años.