CAPÍTULO 13

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El almuerzo fue diferente esta vez. Algo cambió. Algo definitivamente había cambiado. Meena no podía dejar de mirarla.

Era como si las cortinas hubieran sido abiertas. Las luces se habían encendido. La niebla se había disipado. Finalmente, pudo ver a Aoom claramente y estaba enamorada de lo que vio. Parte de ella siempre lo había visto. Siempre estuvo mirando entre las persianas, buscando un pequeño vistazo. Y ahora estaba ahí, justo frente a ella, con su estómago hecho un desastre de mariposas y con sus ojos que continuaban cayendo a su boca cada que una cucharada de comida entraba, masticaba y entonces...

¿Cómo se sentirá besarla?

—¿Te sientes... bien? —. El ceño de Aoom se arrugó en preocupación, mientras masticaba lentamente y examinaba a la chica frente a ella.

Meena parpadeó despertando del trance y enfocando su vista en la comida. Un movimiento equivocado y el arroz cayó entre las gradas. Su rostro se volvió completamente rojo porque sabía que la otra chica la juzgaba en su mente debido a su torpeza.

—Grandioso.

—¿Por qué estás actuando tan extraño?

Resopló mientras usaba una servilleta para limpiar su desorden.

—¿Por qué tú estás actuando tan extraño?

—Literalmente solo estoy sentada y comiendo.

—Sí, exacto.

—¿Qué?

Se sonrojó. —En serio, ¿qué?

—Nada.

El rostro de Aoom era de total confusión y Meena se sintió como una idiota. Honestamente, ella era mejor que esto. Inteligente. Ella era la número 2 de toda la escuela, ¡por el amor de Dios! Pero basta con un enamoramiento con una persona - una hermosa, talentosa, noble, atractiva, brutalmente honesta y perseverante enamoramiento con esa persona- y probablemente esté en el fondo de la lista. No era exagerado decir que Aoom la volvía idiota, pero igual, eso no le molestaba tanto.

—En serio. ¿Te sientes bien?

Levantó la vista y enderezó su postura.

—Sí.

¿Cómo lo lograba ella?, ¿cómo logró mantenerse tan calmada, confiada y hermosa sin que sus sentimientos la delataran y la convirtieran en toda una torpe frente a la chica que le gustaba? Aoom le dijo una vez que actuar no era lo suyo, pero Meena lo dudaba bastante.

Y desafortunadamente, no era su caso. Se sentía como aquel día que fueron compañeras de laboratorio. Con nervios y emoción. Solo que esta vez esas emociones en todo su esplendor.

Como sea, Dingus—. La chica tomó una lata de soda y levantó la pestaña. Antes de tomar un sorbo la detuvo cerca de sus labios— Si no estás ocupada después de la escuela, ¿podrías ayudarme con algo?

De nuevo, le estaba dando la libertad de elegir. No como exigencia, sino como pregunta.

—¿Con qué?

Se encogió de hombros.

—Nada que no puedas manejar.

Meena entrecerró los ojos.

—¿Es otro plan para entrar a mi casa?

—No—. Puso los ojos en blanco— En verdad necesito tu ayuda con algo, pero si te molestaba eso, no era obligatorio dejarme entrar.

—Si me hubiera molestado, no te habría dejado entrar.

Aoom la miró de reojo.

— Es bueno saberlo. Nunca se sabe contigo. Puedes ser muy cálida a veces, pero otras muy fría.

El Guardián Secreto-MeenBabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora