Capítulo nueve.

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09.

¿Por qué de la nada quería ser más alta, cortarse el cabello y tener menos pechos?

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¿Por qué de la nada quería ser más alta, cortarse el cabello y tener menos pechos?

¿Por qué deseaba dejar de pasar tres horas definiéndose los rizos, dos maquillándose y otras dos escogiendo un outfit?

¿Por qué, de manera tan repentina quería ser un hombre?

No... ¿Por qué quería ser él?

Por qué, Por qué, Por qué.

Se repetía una y otra vez en su cabeza mientras se restregaba los ojos, llenos de las gordas gotas de oxalato que ya habían llenado todo su suéter y falda.

—Hayi, p-por favor ya deja de llorar...—Le pidió con tristeza el chico, mientras Yeonjun le pasaba la mano por la espalda.

—Beomgyu ¿Me están consolando solo porque los encontré besándose en un salón a las 9pm?

Yeonjun se rió bajito y el de mullet se tapó la cara sonrojado mientras la morena se sorbía la nariz.

La chica comenzó a reír un poco pero a los pocos segundos la curva hacia arriba de su boca descendió volteandose en un abrupto llanto.

—¿Por qué no le dices a Choi lo que sientes, morena?—Le preguntó el de cabellos naranjas.

—E-Ellos son tan bonitos juntos, los d-dos so-on mis amigos y de verdad, los quiero c-con el alma. N-No me importa s-si me gusta S-Soobin, é-él m-merece ser feliz con quién ama. N-No quiero que una declaración le arruine eso.

Beomgyu y Yeonjun la miraron con tristeza, y sin saber que decir; después de todo eran dos homosexuales intentando consolar a una hetero enamorada, de otro gay.

La manera en la que ella lloraba, era preocupante incluso. Sus lágrimas y gimoteos eran una convulsión constante mientras los dos chicos intentaban ayudarla. ¿Pero qué podían hacer? Y ella, también es muy pasiva para defender su punto, en esta situación solo le quedaba seguir chillando con todo el dolor de su alma, por lo que más quería.

Se escuchó una risa en el pasillo, una risa muy conocida que iba hablando por celular en una agradable y risueña llamada.

Apenas ella escuchó aquella risa salió corriendo.

—¡H-Hayi, e-espera!—Le gritó Beom, mientras el pelinaranja salía detrás de ella, en el punto en el qué estaba podría suicidarse incluso.

—¡H-Hayi, e-espera!—Le gritó Beom, mientras el pelinaranja salía detrás de ella, en el punto en el qué estaba podría suicidarse incluso

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