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El sonido de la voz tartamudeante de Kai parecía totalmente melifluo a los oídos de Soobin.
-Y-Yo lo siento-o, Hy-ung..-Se disculpó e hizo una diminuta reverencia.
-No te disculpes, Cariño.-Le pidió, enternecido se acercó a él para consolarlo y hacer círculos en su mejilla con la yema de su dedo, ladeando levemente su cabeza.-Yo hablaré con el profesor para que hagamos el trabajo escrito o yo pueda defender tu parte ¿Sí? No te preocupes Ning, yo haré todo lo posible para que te sientas cómodo.
El castañito se tiró sobre el oscuro mueble y se quedó mirando el techo.
-¿Porqué me trata tan bonito, Soobin Hy-ung?-Cuestionó.-Me parece agradable pero al mismo tiempo extraño que usted sepa tantas cosas de mí.
Soobin se sonrojó, y sonriendo mostrando sus hoyuelos le dijo:
-Mmh, sabes cuándo sientes una conexión con alguien? cómo si conocieras a alguien de otra vida. Bueno, eso ocurre para mí contigo, para mí eres totalmente etéreo.-Habló el azabache bajito.
-¿Sabes bien el significado de esa palabra, Hy-ung?-Preguntó.-Creo que no la usó bien.
-¡Si se que significa Etéreo y por eso te determiné así!
-Pero, Etéreo Significa Algo extremadamente delicado y ligero, algo... F-fuera de este mundo.-Afirmó con sus ojitos espectantes a él azabache.
-Ese es uno de los tantos términos con los que me plazco en describirte.-Respondió.-Cuando estoy con alguien así, me siento en necesidad de protegerlo y tratarlo con dulzura.
-Eso es realmente muy... agradable de su parte Hy-ung.-Llevó con inocencia sus manos a su cuello.-Nunca deje de hacerlo conmigo por favor, me hace sentir bien.
-Si te hace sentir así, lo haré por siempre.-Esbozó una sonrisa dándole seguridad al menor.
Kai le correspondió la sonrisa dulcemente.
-¿Qué hora es?-Dijo el azabache, buscando su celular.-Hoy quedé de cenar con mi tío y por lo visto ya acabamos el trabajo.
-Son las... Seis treinta y ocho.-Respondió.
-Mm, ya me tengo que ir.
-¿Tan pronto?-Cuestionó con tristeza.
-Y-Yo...- Se había quedado sin palabras.-Lo siento Ning, gracias por esta hermosa tarde, por darme la oportunidad de conocerte como el chico que eres, te quiero mucho.-Esbozó una sonrisa para calmar la tristeza del menor mientras tomaba su chaqueta para irse.
-No es nada Hy-ung.-Contestó, levantándose de su asiento, y acercándose a él.-Tambien fue un placer enorme compartir esta tarde contigo, con tu intelecto y tú maravillosa forma de ser.
Soobin estaba encantado... ¿Irse? Dios, al diablo que querer irse, desearía besar esos rosados labios toda la noche.
Hueningkai abrazó al más alto por la cintura, y Soobin se dió la vuelta quedando a una distancia peligrosamente cercana entre sus rostros.
