Capítulo IV.

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Don Roberto y doña Margarita se van muy desconsolados lo ven con mucho rencor hacia ellos, muy dolido, pero no lo comprenden, piensan que exagera, no se ponen en su lugar, don Roberto fue hijo único que recibió toda la atención de su padre, doña Margarita tuvo un hermano pero murió a los ocho años de meningitis, así que igual ella siempre tuvo atención.

< te lo dije Margarita, que está dolido porque perdió la presidencia, pero me parece muy infantil que no reconozca sus errores, él se equivocó casi pierde la empresa, hizo mal las cosas y lo justo era que Daniel tuviera la misma oportunidad>

< lo sé Roberto, y me duele verlo así,  nos equivocamos con nuestros hijos, y creo que perdimos a Armando, me duele ver su mirada llena de rencor y enojo. Sobre todo porque las dos veces no lo apoyamos para la presidencia. Debimos confiar en él la primera vez, no sabes lo que me arrepiento>

<yo igual, la primera vez debimos apoyarlo, él llevaba años trabajando y preparándose y lo hacía bien, solo que me pareció que Daniel tenía más experiencia en asuntos financieros, y no te niego que me molestaba mucho su falta de compromiso con Marcela y lo mujeriego que era, era secreto a voces en nuestro medio que le era infiel a Marcela, y quise darle una lección pero todo salió mal, yo me equivoqué al no tener comunicación con él, al no aconsejarlo, no orientarlo y me siento culpable de eso, me duele que estemos distanciados porque ya lo dejó claro, ahorita mismo nos vamos a Ecomoda, quiero hablar con Daniel y que nos explique ¿por qué bajó nuestro cheque? aunque no es difícil imaginar que las ventas cayeron>

Llegan a Ecomoda t todas las muchachas muy serias, no eran aquellas parlanchinas que en cuando llegaban los recibían con una sonrisa y alboroto.

Entran a presidencia y Daniel que no los esperaba se sorprende mucho...

<Roberto, Margarita, ¡que sorpresa! ¿por qué no me avisaron que venían?

<¿qué pasa Daniel? ¿acaso no podemos venir a nuestra empresa cuando lo deseemos?

< ¡por supuesto Roberto! siéntense.... Margarita que alegría verte> -dice dándole un beso en la mejilla-

< que tal Daniel, ¿como va todo? Porque hemos visto muy bajo nuestro cheque. ¿Qué pasa?>

< pues si Margarita, pasa que el imbécil de Armando....>

< ¡¡un momento Daniel!! deja a Armando fuera de esto, él te entregó la empresa sin adeudos, tu firmaste de recibido el Balance de la situación de la empresa, al menos eso escuchamos por el altavoz el día de la junta donde fuiste electo presidente, así que deja de meterlo en eso que ya es solo asunto tuyo, y te pido que lo llames por su nombre, se llama Armando ¡oíste!.> -dijo molesto don Roberto al comprobar que iba a culpar a Armando-

<bien Roberto, pues las ventas han caído ¿qué quieres que haga?>

< ¿tú me preguntas eso? Jajaja ¡será posible! jamás me lo imaginé, ¡¡pues qué trabajes!! para que vuelvan a aumentar, que busques estrategias, eso quiero, ¿no deseabas tanto ser presidente? Ahora empiezo a creer que solo la querías para mortificar a Armando>

< si Roberto pero... no es fácil, varios clientes no quieren tratar conmigo, ¿yo que hago ah?>

< como así ¿y eso por qué?> -pregunta don Roberto-

< quieren tratar con Beatriz Pinzón, o con Armando, y no aceptaron mis condiciones, y me cancelaron varios pedidos por eso>

< Supongo que por tu manera de hacer las cosas>

< estaban mal acostumbrados con tu hijito, que él les daba plazo de pago ¡y yo no! les pedí un anticipo y el resto en la entrega y se negaron>

< ¡POR DIOS DANIEL! ¿por qué no me llamaste? así trabajé con ellos por muchos años, y Armando lo sabía, eran buenos clientes y distribuidores los más representativos ¿y los perdiste? ¡¡NO LO PUEDO CREER!! -grita muy enojado don Roberto-

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