•XI•

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Ya estaba anocheciendo cuando Louis caminaba por la calle de vuelta a casa, había ido a la farmacia a comprar las cosas de Ayla. Su día había estado lindo, pudo pasar tiempo con su bebé luego de muchas semanas en las que sólo la veía mayormente en las noches.

—¿No crees que tengo un buen jefe?—le habló a la bebé, la cual iba en el fular de color negro—Él es mucho mejor que el anterior

Recordó aquellos momentos que pasó con su antiguo jefe y la verdad no eran nada agradables para él, así que negó con la cabeza y se concentró en otras cosas más importantes alejando así todos esos recuerdos de su mente.

Continúo caminando mientras hablaba con Ayla, cuando salía con ella, cargándola en el fular, era algo que le gustaba y la relajaba mucho a la bebé. Tanto que se quedaba dormida antes de llegar a casa y esa no era la excepción, poco antes de llegar se durmió.

Ya dentro de casa, con el paquete de pañales en una mano y la bolsa con los dos botes leche en otra, se disponía a alejarse sólo que el grito de alguien más le hizo detenerse y quedarse de espaldas a la puerta.

—¡Sal de ahí, vine por el dinero!—gritó desde el otro lado mientras golpeaba la puerta con la mano

—Maldición—murmuró sabiendo quién había llegado a buscarlo

—¡Sé que estás ahí dentro! ¡sal y págame!—exigió y golpeó la puerta más rápido y fuerte

Ayla comenzó a moverse debido a los gritos, incluso a llorar pero sin hacer grandes sollozos. Louis dejó las bolsas en el suelo con mucho cuidado

—¿Por qué tiene que tocar de esa forma?—dijo en voz muy baja

—¡Te sacaré a la calle si no me pagas ya!

Mientras escuchaba la amenaza de desalojo, provenientes de la dueña de la residencia, acarició la cabeza de su bebé al mismo tiempo que él se movía un poco hacia los lados para que no se despertara por completo.

—¡Deja de ocultarte, sé que estás ahí dentro!

Apesar del escándalo logró conseguir que su hija se durmiera y como pudo le puso seguro a la cerradura. La señora no escuchó ya que sus mismo gritos y golpes cubrieron el sonido de la cerradura.

—¡Si no me pagas los meses de renta que tienes atrasados pondré este lugar en alquiler!

la señora, la cual iba vestida con una playera blanca, unos pans negros, tenis y con su cabello recogido en un chongo, intentó abrir la puerta pero no pudo

—¡¿Crees que no tengo una llave de repuesto?!

Él se asustó al oír eso, sus ojos abrieron en grande y su corazón empezó a latir más rápido de lo normal, entonces empezó a suplicar a Dios, y hasta al universo, que por favor no lo sacaran a la calle ese día.

—¡Vendré mañana para que me pagues, de lo contrario yo misma sacaré tus cosas a la calle!, ¡¿Me escuchaste?!

—¿Quiere decir que no trajo la llave?—se preguntó sintiendo alivio, pero para asegurarse acercó su ojo al orificio que tenía la puerta

Vió que la señora se estaba alejando a pasos rápidos mientras hacía ademanes de molestia y seguía diciendo muchas cosas sobre que ya se le había agotado la paciencia con ese chico. Louis se sentía mal por haberse ocultado de la dueña de la casa, otra vez, sin embargo en ese momento no contaba con el dinero completo de la renta

𝐂𝐫𝐞𝐚𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐃𝐞𝐥 𝐋𝐮𝐧𝐚 [𝐋𝐒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora