Un crujido, el leve roce de unas zarpas contra el suelo, el lento respirar de un ser mágico que deja el rastro de su historia, árboles que se compinchan con la oscuridad en un intento de ocultar la vida que por allí pasea, susurros nocturnos que solo ellos entienden, secretos de campo, palabras de amor entre gotas de lluvia y aullidos de lobos.
Esas eran las noches de luna nueva, oscuridad y deseos invisibles ocultos entre el negro cielo, tan solo iluminado por las inexpertas estrellas.
¿Quién podía verle? ¿Quién podía sentir la crueldad de su piel? ¿Quién le ayudaría con el olvido de su propio cuerpo? Nadie, en las noches de luna nueva, nuestro lobo estaba solo, aullando a ella, pidiéndole una noche más a su lado como el amante que ve a la mujer de su vida caminar hacia la puerta.
Un aullido largo, doloroso y punzante, como si te atravesase una aguja el corazón, dejando lentamente que cada latido haga que se desgarre un poco más hasta que llega el silencio final. Un aullido de protesta y súplica al mismo tiempo, un aullido tan extrañamente... humano.
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Frases a la luna.
RandomAlgún día la luna brillará para mi tanto como el sol, será eterna y limpia como las lágrimas que derramé con ella.
