Capítulo 05

1 0 0
                                    

Josefina llevaba ya veinte minutos esperando en el barsucho que había quedado con Martín. Hacía algunos meses se veían los fines de semana, aunque para ella no era nada serio.
Martín le gustaba hasta ahí nomás. Sobre todo detestaba que la hiciera esperar. ¿Qué sentido tenía programar la cita si siempre llegaba tarde? Resopló y se tomó de un trago todo el contenido del vaso que sostenía con fuerza. Esa fue la sentencia de muerte. No esperaría más.

Una vez en la vereda, caminó algunas cuadras hasta un bar que sí le gustaba. Detrás de la barra se encontró con Lucas, su mejor amigo.

—¿Parezco una botella de vino?

—Por ahora no... —respondió él después de revisarla de arriba a abajo.

—Pensé que estaba claro que no me pongo mejor con el tiempo.

Lucas se rió y le sirvió una pinta de cerveza negra.

—La casa invita —dijo —¿Te plantó de nuevo?

—La tercera es la vencida, salvo que esta es la octava.

—Demasiado aguantaste, pero... tenés algo diferente. —Achinó un poco los ojos mientras preguntaba— ¿Novedades?

—Tu nivel de brujería mejora notablemente —Jose dio un trago largo a la cerveza—. Y sí, tengo novedades. Vino el hermano viajero de Tati, Oliver. Y, honestamente, está prendido fuego. 

Lucas casi salta la barra para abrazarla.

—¡Ahora sí estamos hablando el mismo idioma!

—Hay un problema...

—¿Es casado? —se puso pálido.

—No, es más chico.

—¿Cuánto más chico?

—Siete años —confesó Jose.

—¡Siete años no son nada! —alentó Lucas.

—Lo mismo dijo Tati —Respondió ella riendo.

—¿Viste? Ya te lo dije, somos almas gemelas ella y yo. Algún día vamos a estar juntos.


A contraluzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora