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15 de Marzo, Año 2017

NARRADOR OMNISCIENTE

Era una noche oscura y fría en la Ciudad de Wisffield, dos chicos se encontraban reunidos cerca de un lago, su cometido ya estaba hecho, se suponía que ya estaba todo listo, ¿No?... pero algo no estaba bien, el chico miró desconcertado a aquella chica de cabello rubio. Cuya expresión estaba pretificada, sus ojos estaban perdido, ella estaba en shock por lo había pasado.

—Pero... ¿Que? ¿Por que no pasa nada?-Su amigo, aquel chico de tez blanca y ojos color miel se acercó desde atrás para intentar tranquilizar a la chica de cabello rubio, intento pronunciar su nombre pero antes de que pudiera decir algo, ella lo interrumpe—¡No! ¡Sueltame!—grito ella, desesperada, y encarandolo—¿No se supone que esto era lo que nos traería la paz por fin?

El la miró con algo de lástima,—Tal vez, está no era la manera...

—¡Si lo era! ¡Estamos aquí para hacer justicia!—grito ella en medio de lágrimas, aquella chica se había vuelto más inestable aún.—¡Se suponía que luego de esto podríamos descansar!

La chica se deja caer el piso, sintiendo encima todo el peso de lo que acaba de hacer, dejando caer aquel cuchillo de su mano, la cual se encontraba llena de sangre. Luego de esto se desencadenó una brisa fría, haciendo que el chico que estaba de pie se estremeciera.

Justo en ese momento se provocó un silencio inevitable. El chico estaba totalmente desconcertado también y algo confundido por lo que acaba de pasar, el también creía que ésta sería la forma de acabar con todo esta incertidumbre, en ese momento se oyen unos pasos, alguien se aproximaba, el chico se dio la vuelta repentinamente poniendose en alarma, mientras tanto que la chica no se percató y seguía tirada en el suelo.

Se aproximaba corriendo una figura alta, cuando se acercó hacia los chicos se dieron cuenta que era su otro compañero, quien venía con un rostro algo asustado. Rápidamente se detuvo y alterno su fría mirada entre su amigo quien lo miraba con preocupación, y la chica que estaba en el piso sollozando. El no tuvo que pensar mucho para darse cuenta de lo que estaba pasando.

—¿Lo mataste...?—pregunto el chico.

—¡Si!-Respondió la chica a la defensiva, girandose para encararlo,—¡Pero no ha servido de nada!

—Idiota.—se acercó, tendiendole su mano y levantándola a la fuerza,—¡Así no era como teníamos a hacerlo!

—¿Entonces como?—refuto ella mientras las lágrimas calientes bajaban por su rostro, y su corazón iba muy acelerado— ¡Quiero hacer la paz por fin para nosotros 4!

—¿Sabes cual es tu problema...—pronunció su nombre, fulminando a la chica con la mirada,—¡Eres demasiado impulsiva! Estas son cosas que se calculan fríamente, te dejas llevar demasiado por tus estúpidas emociones.

—¡Ey!—exclamo el otro chico de ojos color miel—¡Ya basta! Tampoco es para que la agredas así.

—No puedo creer lo poco que usas tú cerebro,—ríe sarcásticamente.—Acabas de empeorar las cosas, ya te diste cuenta que este no era la persona—exclama el chico señalando el cuerpo inerte.

—¡Pero estaba segura de que era él!

—Calmense los dos.— interviene nuevamente el otro chico, abrazando a su amiga que seguía en shock—Ahora hay que deshacernos de este cuerpo.

—Ambos son tan emocionales—se quejo, cruzándose de brazos, y su mirada se dirigió a donde se encontraba el cuchillo —¿Enserio? Es que ni siquiera eres lo suficientemente sigilosa para mínimo haberlo hecho menos evidente.

—¡Callate!—grita ella en medio de la desesperación.

—No..., escúchame más bien tu—se enojo el, frunciendo sus cejas, y teniendo esa mirada intimidante—Tu error puede salirnos muy caro. Estás poniéndonos en riesgo. Recuerda que estamos vigilados.

—Odio decirlo pero,.—su otro amigo mira unos segundos hacia el suelo,—El tiene razon-pronuncia el nombre de la chica, mientras se quita su abrigo para ponérselo a ella,—Tenías que primero esperar que nos pusiéramos de acuerdo.

La chica baja la mirada, avergonzada.

—Me deje llevar por la ira,...—la voz de la chica tiembla al mismo tiempo que en un tono casi inaudible, dice:—Solo... quiero salir de esta pesadilla.

El los ignora, pasando a su lado como si ellos no estuvieran ahí, —Sera mejor que nos deshagamos de este cuerpo,—se mueve hasta donde se encuentra el cadáver y se arrodilla ante el, examinandolo, el otro chico soltó a su amiga y estaba a punto de decir algo y su otro amigo lo calla—Y yo me haré cargo. No quiero que metan la pata de nuevo.

Justo en ese momento, ambos chicos iban a retirarse dejando a solas a el chico que era tan frío como la brisa de esa noche, quien sería examinando el cadáver como si fuera algún tipo de médico forense. Pero es ahí cuando escuchan una voz que hace que los tres miren hacia adelante. Ellos sabían que esa voz era justo lo que no querían que pasara.

—Dios mío... ¿Que han hecho?— pregunto una voz femenina, horrorizada.

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