[4] Una nueva residente

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08 de febrero, 2017.

DAFNE

-Dafne, cariño, ¡despierta!-anuncio mi madre entrando a mi habitación.

Dormía plácidamente hasta que ella me levanto, sus pasos resonando en mi habitación nueva y abrió la cortinas de la misma para que los primeros rayos de luz me recibieran.

-¡Ya voy mamá!-gruñí.

Me senté en la cama frotando mis ojos para deshacerme del sueño, así que entre al baño para cepillarme los dientes, me mire al espejo y note que mi cabello rubio estaba grasoso y desordenado. Así que tome mi toalla para darme un baño urgente.

Al terminar me puse mi uniforme, no estaba acostumbrada a este puesto que en mi antiguo colegio todo era diferente. Este uniforme tiene una camisa de cuello blanca, encima un suéter azul una falda gris que pasa las rodillas con medias blancas y zapatos negros. Mi madre estaba agradecida con ese tipo de uniforme que no revelara mucha piel y que fuera recatado.

Mi madre siempre ha sido estricta, me dice: " abrochate la camisa hasta arriba"
" arregla tu cabello" "sube tus medias" . Todo esto por que ella dice que no quiere que yo me mezcle como una chica común.

Ella siempre ha creído firmemente que para verse elegante no hay que "mostrar piel vulgarmente". Así que siempre me he esforzado por ser la chica perfecta para ella

Baje las escaleras para encontrarme a mí papá sentado en la mesa esperando que mi mamá sirva el desayuno.

-Buenos días hija,-me sonríe, y puedo notar sus ojeras. Mi papá es policía y a veces llegaba pasadas las 10 de la noche a casa.

-Buenos días papá-le doy un abrazo,-¿Que tal la jornada?

-Fuerte hija,-admite,-El horario de trabajo aquí en Wissfield es muy diferente que en Australia.

Solíamos vivir en Australia antes de mudarnos aquí, ¿Razón de la mudanza? Mi tía es la directora de la escuela a la que voy y mis padres decidieron que sería una buena idea inscribirme ahí para ganarme una beca para la universidad.

-¿Como te fue ayer en la escuela, hija?-pregunta mi madre.

Uh, si te dijera la verdad.

-Todo bien, hasta que unos chicos me arrojaron gaseosa encima-gruñí por lo bajo.

-Que atrevidos, ¿Acaso fue por nuestra religión?-cuestionó mi padre.

-En realidad fue un accidente, pero una chica se lo dijo a mi tía y ella los castigo limpiando el cafetín.

-Eso es lo bueno de ser pariente de la directora, hija-me mira mi madre,-¿Se disculparon contigo?

-Solo uno de ellos.

-Que bueno que aún quedan cabelleros en este mundo,-dijo mi padre,-De igual forma, no les guardes reencor. Recuerda que...

-No aborreceras a tu hermano en tu corazon, razonaras con tu prójimo-termine por el, ya me sabía ese versículo de memoria.

-Que buena chica,-me sonríe mi madre,-Por cierto, te tenemos una noticia, cariño.

Ambos se miraron entre sí, como si se preguntarán con la mirada "¿Quien le dice?"

-¿Por que esas caras? ¿Paso algo?

-Hemos decidído darle hospedaje a una chica de tu escuela,-anuncia mi padre, contento.

-Oh, ¿Vamos a alquilar un cuarto?-me lleve la taza de café a la boca.

-No hija,-mi madre se acerca y acaricia mi cabello,-Es un acto desinteresado, le daremos hospedaje a otra chica nueva que acaba de integrarse hoy a tu escuela.

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